Cada vez que he cruzado una palabra con alguien hoy le he contado esta historia del caballo salvaje, tomada del libro El poder, sobre el que he insistido en entradas anteriores. Lo he comentado con quien tengo cierta confianza, claro, que no voy parlando de potros desbocados con cualquiera :-).
Resumo el texto:
Resumo el texto:
"Para alegrarme cuando estoy negativa, imagino que los sentimientos negativos son como caballos salvajes. Hay un caballo furioso, uno resentido, uno al que le gusta culpar, un gruñón, un maniático y un irritable... (...). Me imagino los sentimientos negativos como si me hubiera montado en un caballo salvaje, e igual que me he montado también puedo desmontar. No veo mis malos sentimientos como mi verdadero yo o el de la otra persona. Un sentimiento negativo es algo que te has permitido sentir, y por lo tanto puedes desmontar de ese caballo con la misma rapidez que te montaste.
¡Pensar en los sentimientos negativos como caballos salvajes en los que te has montado es una forma de restarles poder!
(...)
Cuando hay algo que no quiero en mi vida utilizo mi imaginación para divertirme y restarle fuerza a lo que no quiero. A veces me da risa verme a mí o a otras personas montar en los caballos salvajes, ¡y reírte de un sentimiento negativo es muy importante! Acabas de cambiar tu vida".
(De aquí tiene que venir aquello de despotricar ¿no? :-)
Personalmente me ha sido muy útil esta forma tan gráfica de relativizar los sentimientos negativos, no huyendo de ellos, sino riéndonos del cabalgar desenfrenado de otras personas o de nosotros mismos, para encontramos con lo que Somos y encontrar la paz.
Personalmente me ha sido muy útil esta forma tan gráfica de relativizar los sentimientos negativos, no huyendo de ellos, sino riéndonos del cabalgar desenfrenado de otras personas o de nosotros mismos, para encontramos con lo que Somos y encontrar la paz.