martes, 31 de agosto de 2010

Lo que merece la pena



Pensar que casi nada merece la pena y que cualquier cosa la merece están más cerca de lo que parece.

Al hilo de la entrada anterior, hoy, mientras regresaba a casa del trabajo, pensaba en el significado de esta frase que he escrito luego en mi Twitter. Supongo que todo el mundo tendrá esos momentos de ver el absurdo de la vida al tiempo que su belleza. Pero no era esa la idea que he tratado de sintetizar en esas 20 palabras, que encierran mucho más de lo que dicen.
He querido resumir que cuando eres capaz de relativizar todo, desde el “éxito” profesional y personal, las relaciones que estableces o los papeles que desempeñas, lo que tienes, o lo que vales a ojos de la sociedad… estás más conectado que nunca a la vida y, por tanto, a cada uno de los aspectos que he citado.
Pero hay algo que vincula ambos extremos, el de no querer nada y valorar todo: la experiencia interna al servicio de lo externo, y… también, lo que sucede fuera para provecho de lo de dentro, cuestiones que también engloban mucho más de lo que expresan.
Espero haberme expresado al menos lo suficiente como para que quien me lea sepa que lo importante no es que lo entienda, sino que lo sienta.


lunes, 30 de agosto de 2010

Valió la pena

Puedo resultar pesada haciendo referencia a este blog, pero sigo pensando que este hombre es un crack, un Tolle más sin fama, pero con fondo:

"Se podría pensar que estar solo
y no hacer nada es un problema.
Pero a mi, pasados ya los cincuenta,
decidir dedicar toda una tarde
a sentarme en la arena en silencio pasando
sin más con el día hasta que la oscuridad me envuelva,
y poder hacerlo,
me hace sentir que mi vida ha valido la pena.
Y que soy muy feliz".

sábado, 28 de agosto de 2010

Própositos tras el descanso



Se cierra un ciclo (más corto de lo que deseo). Acaba mi mes de vacaciones, de descanso, que me he tomado este año al dedillo, ayudada por afirmaciones positivas, algunas tan simples como poner como contraseña del ordenador "Buen verano" :-)
No he reflexionado mucho sobre lo que quiero hacer cuando regrese a la “rutina” ( y entrecomillo esa palabra, porque desde que renové mi espíritu y, sobre todo, desde que comencé a cultivar este precioso arte de jugar con las palabras conscientemente para darles un mayor significado, no me siento en la rueda de la repetición o de la monotonía). Sin embargo, sin mucho meditar, tengo en mente algunos objetivos que sé me pueden traer cosas positivas:

- Procurarme más momentos de silencio.

- Dejar las prisas a un lado (son una falta de respeto hacia mi misma y suelen estar comandadas por el mundo exterior).

- Estar atenta a todo, para no perderme ni un fragmento de la vida.

- Desarrollar mi creatividad con sosiego, sin metas materiales ni búsqueda de reconocimiento, sino conectándola a mi prosperidad desde el disfrute personal y el servicio a los demás.

- Alimentarme bien, y recordar que cuando no lo hago no soy yo quien me guía, sino mi ansiedad.

- Continuar el camino de aprendizaje para mirar (con los ojos del alma) el Ser esencial de todas aquellas personas con las que me relaciono: en casa, en el trabajo, y en cualquier parte.

- Grabarme a fuego en la mente que todos somos UNO, y apoyarme en lo feliz que me siento cuando lo percibo con claridad.

- Pararme a sentir la fuerza divina que hay en mí, el Dios interior que todos, sin excepción, llevamos dentro y que nos hace poderosos ante los retos de esta vida y compasivos y amorosos con todo lo que nos rodea.


Si persigo y logro todos estos objetivos, aunque caiga y me levante, poco más necesitaré para traer el cielo a la tierra.

martes, 24 de agosto de 2010

El mundo interior nos sostiene


La mayoría de las personas hacen las mismas cosas, piensan cosas parecidas y organizan su vida y la de su familia de un modo similar (en las vacaciones, en el trabajo, con los estudios, los viajes al extranjero de los hijos, la ropa del colegio, el control de las facturas, el modo en que se desenvuelven las relaciones sociales, las lecturas y películas de moda…). Vidas lineales que, aunque se desarrollen normalmente en el ámbito superficial, pueden hacer “felices” a quienes no conocen otra cosa.
Pero hay vida detrás de esa vida, que se siente como una ráfaga de luz intensa; como un soplo de gozo divino, que se repite cada vez con más facilidad cuanto más profundizas en ello, y que te hace sentir poderoso, más allá de lo se sabe y se domina.
El mundo desconocido, al que muy pocos deciden acceder, es el sustento de todo lo demás. Da mayor sentido a la organización externa de nuestra vida, que deja de ser, por ello, prioritaria sin restarle su valor. Así, lo accesorio llega a ser lo que vemos, lo que teníamos como núcleo de nuestro paso por el mundo.

Lo invisible, aquello que nos hace vibrar, crear, sentir y, sobre todo, comprender, es lo que nos proporciona la solidez para caminar con firmeza, confianza y seguridad.

martes, 17 de agosto de 2010

Te recuerdo que...

Eres más de lo que crees ser, porque eres todo lo que necesitas para ser lo que quisieras.
Y no olvides que:
Cuando algo marcha mal en tu vida y analizas la situación, siempre subyace una falta de respeto por tí misma/o.
Y que...
Cuando todo marcha bien en tu vida se debe a que sientes el amor en tí, que rebosa y se expande a tu alrededor.

domingo, 15 de agosto de 2010

¿Cómo se siente el Amor?



Como estoy un poco vaga para escribir :-) comparto una entrada de mi último descubrimiento de la blogosfera.

El texto no puede ser más lúcido y claro... dentro de su gran profundidad.
El amor no se pide, se siente y... entonces darlo y recibirlo es lo mismo.
Ésta es la entrada: CON TODO ES IGUAL

sábado, 14 de agosto de 2010

Del fracaso de algunos divorcios y de otros cambios físicos

Estoy leyendo el libro La alquimia del corazón, de Michael Brown. Una edición limitada de este exitoso profesional sudafricano del periodismo, que dio un giro completo a su vida, tras desarrollar el síndrome de Horton, una enfermedad neurológica muy dolorosa. Ello le llevó a embarcarse en la consciencia del momento presente, como se indica en la solapa del libro.

Hay mucho que reseñar de esta obra, pero he decidido copiar algunos fragmentos, tomados de distintas páginas, que pueden dar respuesta a algunas preguntas que nos hacemos cuando, tras cambiar algún aspecto físico de nuestra vida, continuamos con la sensación de abandono o fracaso. Todo lo que hay que arreglar (cambiar) está dentro de nosotros. Luego podremos obtener la verdadera transformación en el plano exterior, cerca o lejos de lo que creemos nos daña. El camino de la consciencia, dice, comienza en lo emocional, que lleva a lo mental y luego a lo físico



“Se casaron. Cada uno de ellos se convirtió en su padre o en su madre, y ahora no se soportan. Después de todo ¿quién quiere acostarse con su madre o con su padre?”.
“Han intentado arreglar las cosas y seguir juntos por el bien del niño. Pero la realidad es que no se soportan. Claramente, están reflejando uno en el otro sus problemas no integrados. Pero, puesto que ambos están hipnotizados por lo físico y carecen de una conciencia del cuerpo emocional, creen que deben cambiar las cosas cambiando a la otra persona mediante la discusión, el debate y la petición de “condiciones”, en lugar de mirar en su interior. Esto los lleva a un callejón sin salida: el divorcio”.

"Siempre que nos sentimos incómodos y reaccionamos a nuestra experiencia realizando cambios físicos (modificando nuestras circunstancias físicas cambiando de pareja, de empleo o de circunstancias de la vida), se presentan las mismas consecuencias inevitables.
Inicialmente, nos sentimos diferentes porque nuestra experiencia física externa parece haberse modificado. Sin embargo, entre tres semanas y tres meses después de haber realizado cualquier modificación física importante en nuestra experiencia de vida empieza a aparecer en nuestra conciencia el mismo sentimiento molesto que hizo que buscáramos un cambio”.

“Lo físico (el aspecto de nuestra experiencia que parece importarnos más) es simplemente un efecto que refleja el estado de alguna otra cosa que ahora no estamos viviendo. Alterar un efecto con la intención de modificar una causa es comportarnos de una forma que va hacia atrás”.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Evolucionamos



Estamos evolucionando constantemente; la vida es sinónimo de evolución, una apasionante noria sin parada. Este verano estoy sintiendo como nunca ese cambio en algo muy simple; por extraño que parezca, casi contradictorio con ese movimiento: no necesito hacer nada diferente (aunque lo haga); siento menos dependencia de las personas (aunque me relacione con gusto con muchas de ellas); no preciso casi escribir (aunque también escriba)… nada, salvo escuchar atentamente el pálpito más profundo de la vida.

A veces experimento cierto descontrol (el que procede de los flecos externos de mi vida por solucionar dentro de mí), una especie de vértigo porque el sinsentido y la felicidad se dan la mano con fuerza hasta que logran guardar el equilibrio y, luego, se relajan; mis pensamientos enfrentados de dicha e inquietud confluyen y terminan haciéndose amigos. Y, entonces, no tengo urgencia por nada, no huyo; estoy bien en cualquier parte y no me hace falta estar en ningún lugar.
A veces, el fantasma de mis antiguos patrones me visita y hace que se tambalee esta armonía y ese desapego. Aún así, continúo observando y observándome; y siento a cada persona en mí, pero no me preocupo por saber si soy importante para ellas. Soy, sin más pretensión.
Continúo encontrando maestros en mi camino, con unos “sufro” mientras aprendo; las lecciones de otros me hacen llorar de alegría, pero a ninguno les responsabilizo de nada. Sé de la influencia en mí de lo que pienso y hago como nunca.
El verde de las hojas desde la ventana; el olor a tierra mojada tras la tarde de tormenta; los cachorros de perrito arropándose y turnándose para mamar; las manzanas del árbol salvaje que invita a degustar su fruto a los paseantes; las palabras que intercambio con quienes menos conozco; el verano de los pueblos en la calle; la tranquilidad de no buscar y de sentir…
Y, por encima de todo, la creatividad que tantas horas de sol dejan ver en extremo: personas que cocinan con esmero para que otros degusten sus manjares; pintores que inmortalizan atardeceres, paisajes y rostros llenos de expresividad; escritores que vuelcan sobre el papel, a solas, sus más hondos sentimientos; profesionales de circo y teatro que sólo quieren divertir y expandir su arte… mientras el tiempo de ocio permite que luzca la parte más humana de todos los seres humanos.
La calma, en quien está sereno; la intranquilidad, en quien tiene su mente agitada, en quien aún no sabe que sólo tiene que educarla.
Todo es como debe ser y todos estamos en el mismo tiempo y lugar, en el único en el que las cosas suceden: aquí y ahora. Somos lo mismo y no hay nada por lo que preocuparse. Todo está bien, tal y como necesitamos para aprender, para disfrutar o, incluso, para recibir el dolor con la serenidad que da saber que no hay nada que temer, porque lo único que debemos hacer es no resistirnos a lo que Es.
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(Nota: En google reader, he marcado la entrada, por error, con un "me gusta". Claro que me gusta, pero no era mi intención ... :-)


viernes, 6 de agosto de 2010

Me “retwitteo” en el blog

Hola, amigos:
Continúo de vacaciones también en el blog. He tenido un año muy intenso y el cuerpo y la mente me piden un descanso, pero es inevitable que, en un momento de inspiración, necesite teclear unas cuantas letras que, agrupadas, den significado a ese soplo de creatividad que quiere expresarse. Para ello, Twitter es una herramienta extraordinaria, que he descubierto no hace mucho: http://twitter.com/ConchaBarbero. Hace posible también que siga en tiempo real a escritores de cuyos libros me he alimentado o a blogueros que han optado por esta posibilidad.
Cada cual puede usar este medio de comunicación como más le complazca. Yo lo empleo generalmente para escribir frases con cierta profundidad, mediante las que ejercito, en unos minutos (a veces segundos), la capacidad de síntesis, ya que, como sabéis, precisa de un prosa contenida en 140 caracteres.

Aquí os dejo 10 de mis twitters, y continúo bajo la sombra de los pinos :-)

La mayor infelicidad proviene de no querer saber de dónde proviene la infelicidad.
El aburrimiento es el primer paso de la diversión.
Las personas que ejercen el victimismo son verdugos de sí mismas.

Los oídos sordos a la responsabilidad individual paralizan el mundo.

Compadecerte es barrer las hojarascas del corazón con un cepillo de púas de seda.

Una vez en ti, estás en cualquier parte, pero no precisas estar en ninguna.

Un solo día en la superficie y casi me olvido de que al fondo hay otro mundo. ¿Cómo será el olvido de quien no tiene nada que recordar?

Querer lo mejor para los tuyos es permitirles que elijan.

Las personas te aceptan cuando no vas dando lecciones, sino cuando te las das a ti.

Te envidio y “te daño” porque desconozco que yo soy tú, que es la misma razón por la que te quiero.