miércoles, 31 de diciembre de 2008

Como el agua


Cuando hablamos de cambio imaginamos una ruptura y un desprecio a lo que conocemos, pero, en realidad, no es así, porque nuestra esencia, la que nos sustenta, es siempre la misma; es ahí donde se encuentra nuestra verdadera dimensión, que queda oculta u obstruida por las capas que configuran nuestro ego, fortalecido con la pluralidad de papeles que nos hemos ido inventando para protegernos de un supuesto enemigo, unas veces individual (cualquier persona) y otras colectivo (la sociedad, el mundo).

Creo que no es tanto una ruptura violenta lo que necesitamos experimentar para llegar a ser quien somos y hacer lo que deseamos, sino una asimilición a la realidad con la que mejor sintonizamos. Valentín Fuster y José Luis Sampedro, en una intensa conversación, reflejada en su libro La ciencia y la vida, indican, a este respecto, lo siguiente, refiriéndose a un concepto más global, pero perfectamente aplicable a la individualidad:
“El occidental tiene, frente al mundo exterior, un afán de dominio, de modificarlo, de aplicar la técnica, la acción, en suma, voluntad de transformación. El oriental, por lo menos en culturas tan importantes como las de China y la India, es otra cosa. En lugar de transformación del medio, en China tradicionalmente se ha perseguido la adaptación al mismo. El Tao busca la armonía, la adaptación, ser como el agua, no transformar la vasija donde se vive, sino acomodarse a ella".

domingo, 28 de diciembre de 2008

El propósito del artista


“Un artista tiene que vivir más para compartir sus vivencias con los demás y ayudarles a ser artistas también. La verdadera reencarnación de las almas no empieza tras la muerte, sino en esta vida: créala y creará.

¿Por qué?

Quien es digno de vivir vidas sucesivas también puede vivirlas simultáneas. Y para eso no es suficiente con tener la humildad de creer, sino que, además, se requiere la ambición de un creador”.


Hitonari Tsuji, rockero, cineasta y escritor japonés


(De la entrevista de hoy en La Contra de la Vangardia)


viernes, 26 de diciembre de 2008

La guerra es una postura mental

Generalmente veo a los políticos enfadados unos con otros, tratando de buscar el falllo contrario para demostrar que ellos están más preparados, y muy poco preocupados de que el resultado sea bueno o malo, sino de hacer ver a la masa que ellos sí lo harían bien, o, en el otro bando, que cuando estaban los otros también se equivocaban. A veces bajo el volumen del televisor para analizar sus expresiones y la verdad es que no veo mucha paz, que es lo que deberían transmitir. No es mi intención criticarles porque sí. Hablo desde el convencimiento de que sólo desde la sanación individual se puede llegar a la transformación del mundo. Y las personas que tienen potestad para cambiar las estructuras que “sostienen” las sociedades deberían estar mucho más empeñadas en ello. De lo contrario, seguiremos en pugna permanente, en guerras y disputas de distinto calibre, pero paralizadoras del verdadero desarrollo que necesita el ser humano:
“La guerra es una postura mental, y toda acción surgida de semejante postura mental o bien reforzará al enemigo, al mal percibido, o bien, si se gana la guerra, creará un nuevo enemigo, un nuevo rival igual y, a menudo, peor que el derrotado. Hay una profunda interrelación entre un estado de conciencia y la realidad externa. Cuando estás en las garras de una postura mental como la de la guerra, tus percepciones se vuelven sumamente selectivas y distorsionadas. En otras palabras, sólo verás lo que quieres ver, y después lo malinterpretarás. Es fácil prever qué tipo de acciones produce semejante sistema de autoengaño. O, en lugar de imaginarlo, basta con mirar los telediarios”.

Eckhart Tolle, en Un nuevo mundo, ahora

lunes, 22 de diciembre de 2008

No trates de salvar a nadie

"Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo".
(Friedrich Hebbel)

Quizá hayáis experimentado esas miradas algo irónicas o esas palabras aliñadas con cierto desdén cuando, en la vida cotidiana, habéis tratado de exponer vuestras opiniones respecto a las ventajas de dirigirse hacia lo más profundo de uno mismo. Mi consejo, si me lo aceptáis, es que no tratéis de convencer a quien no está dispuesto a poner de su parte, a quien no quiere evolucionar, a quien no puede, o a quien no sabe que puede hacerlo, de la misma manera que nunca debemos tratar de contentar a quien elige vivir en el descontento. Yo hice ambas cosas, sin obtener buenos resultados.

Se enseña mucho más con los hechos que con las palabras. Las palabras las busca quien las necesita.
Aún así, me sigo asombrando de las legiones de personas que siguen buscando fuera lo que sólo tienen dentro.

viernes, 19 de diciembre de 2008

OS LO DESEO

Una amiga, que está experimentando un profundo renacer, me decía hoy mismo que ha llegado a la conclusión de que hay que vivir ligera.

Eso es, dejar el lastre de la identidad acuñada con pedazos de unos y otros; renunciar a apegos, dependencias y pesos. No arrastrar cargas tuyas ni de nadie, no esperar ni pedir.

Tan sólo recibir los regalos que te da la vida y corresponderla con una actitud tolerante y enérgica, generadora de más vida, verdad o, lo que es lo mismo, belleza.

Un fuerte abrazo y mis mejores deseos para todos vosotros. De corazón.

¡Feliz Navidad!

Y qué mejor forma de empezar el año que con optimismo. Me parece muy buena esta iniciativa:

http://www.elprimeranunciode2009.com/

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La expansión de la existencia


Ayer fue uno de esos días especiales en el que tuve diversos contactos con diferentes personas que nos hemos ido encontrado por algún motivo nada casual y hemos conectado (Internet y los blogs, en especial, son una extraordinaria herramienta para que esto suceda). Se dieron un cúmulo de “casualidades” que me hicieron disfrutar enormemente. Una de estas alegrías me llegó de la mano de dos de las personas con las que tuve el placer de tratar en la cálida editorial Obelisco, durante la edición de mi libro, ambas muy queridas para mí. Una de ellas había puesto en marcha un precioso proyecto empresarial, una librería virtual basada en libros curativos para el cuerpo, la mente y alma. Casi nada… Este es el enlace mediante el que podéis acceder a este espacio: http://eljardindellibro.com/. Enseguida le solicité un par de libros: El increíble poder de las emociones y El poder curativo del aura. Los que seguís este blog, estaréis de acuerdo conmigo en que una vez que vas descubriendo lo bella que es la vida deseas indagar más en sus misterios.
El paquete de los libros acaba de llegarme y abro el primero de ellos; al azar, aparece ante mí este párrafo, que necesito compartir con vosotros por todo lo que me transmite:
“Tu nuevo cuerpo y entorno proporcionan una nueva oportunidad para que un Ser muy sabio y maduro siga expandiéndose de formas diferentes.

A medida que la perspectiva expansiva de quien-eres-realmente se vaya despertando en tu interior, aumentará proporcionalmente tu aprecio por esta experiencia. Si contemplas la vida en el planeta Tierra en su contexto más amplio, disminuirán tus temores, y despertará en tu interior tu entusiasmo natural por vivir”.

Gracias Giova, Laura, Tito y Manuel, por contribuir a la expansión de mi existencia en el día de ayer.

lunes, 15 de diciembre de 2008

La victoria de la mirada interior



¿Aprendí a valorar la soledad al escribir, o al saber estar en soledad fui capaz de escribir?

Primero fue la mirada interior.

Me descubrí.

Me recreé.

Nadie me guiaba. Sólo yo me conducía.

Encontré mi propio mi mundo, que era el mundo.

Necesitaba describirlo.

Amé lo que hacía porque fui capaz de amarme.

Quise compartirlo. Tenía algo que dar.

Escribo y gozo.

Me recreo cuando escribo.

Gozo cuando no escribo. La escritura me espera.

Escribí porque supe estar sola.

Y acompañada…

sábado, 13 de diciembre de 2008

"ELLOS NO SON ESO"


“¿Conoces a ese tipo de personas cuya principal función en la vida parece ser la de ser desgraciada y hacer desgraciados a los demás, la de extender la infelicidad? Perdónales, porque ellos también forman parte del despertar de la humanidad. Representan una intensificación de la pesadilla de la conciencia egótica, del estado de no-rendición. En su función no hay nada personal. Ellos no son eso”.

Maravilloso este párrafo de Eckhart Tolle, extraído del libro El silencio habla. Muestra la aceptación total, una lección compasiva de vida.
Todos somos maestros y aprendices, unos de otros. En la misión que están cumpliendo las personas que viven en el malestar constante, que Tolle califica como “cuerpo-dolor”, "no hay nada personal…". Desde el entendimiento de esta filosofía resulta imposible que te contagien su infelicidad, porque eso sólo sucedería si únicamente percibieras la “fuerza” de su ego a través del tuyo propio y, en ese caso, les otorgarías un excesivo e infundado poder sobre ti. Sin embargo, si consigues ver lo que SON, ese diamante oculto por capas de polvo, que puede llegar a brillar, sin esperar a que así sea para aceptarles, desaparecerá todo rechazo. Te alejarás físicamente de ellos, y sin sentimiento de culpa, si así lo quieres, pero no existirá ninguna barrera entre ellos y tú en el orden espiritual.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Entrega sí, pero hasta donde puedas...


“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

(Gabriela Mistral)

Hazlo tú: planta un árbol, enmienda un error y aparta la piedra, sí, pero... cuídate. Haz todo eso, y más, si necesitan de ti, pero no te olvides de cuidarte. Pon tu energía y generosidad en todo cuanto hagas, pero no sobrepases el límite en el que te hagas daño a ti mismo, o en el que asumas responsabilidades que otros no hayan querido aceptar como suyas:
“Sentirse excesivamente necesario o imprescindible en relación con los demás es un gusto para el ego, pero un disgusto para el verdadero yo, que termina quejándose, a través del cuerpo, enfermando o teniendo graves percances. El coste de no practicar el amor con uno mismo es muy elevado, porque nos conduce a la renuncia de nuestra propia libertad. Aunque también hay que adaptarse a los deseos de otras personas, ceder ante determinados requerimientos ajenos, uno debe saber cuándo está rebasando la frontera de su integridad personal. Y es que no hacer caso de las propias necesidades, no amarse, no practicar la asertividad, ya sea por buscar la aprobación de los demás, por una entrega sacrificada o, simplemente, por pasividad, nos termina colocando en los aposentos del enfado, de la rabia o del agotamiento, en definitiva, de la insatisfacción vital”.

(Párrafo de mi libro, Palabras para el Bienestar)

Ahora bien...

“Mi bienestar está relacionado con tu bienestar; mi sufrimiento, con tu sufrimiento. Pretender buscar mi felicidad y mi seguridad como si yo fuera una isla es una estupidez. De esta sabiduría viene el altruismo”.

(Alan Wallace, fundador y presidente del Instituto de Estudios de la Conciencia, de una entrevista publicada en La Contra de la Vanguardia).

Como siempre, en el medio está la virtud.

sábado, 6 de diciembre de 2008

NUNCA ES TARDE

Unos dicen:
"Para lo que me queda de vida...".
Y otros:
"¡Cuánta vida me queda!".
Esta señora, desde luego, es de los segundos:

“Amigos de Internet, hoy cumplo 95 años. Me llamo María Amelia y nací en Muxía (A Coruña) el 23 de Diciembre de 1911. Hoy es mi cumpleaños y mi nieto como es muy cutre me regaló un blog (pinchad sobre "Un blog"). Espero poder escribir mucho y contaros las vivencias de una señora de mi edad”.

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“Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura”.

(Victor Hugo)


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Tengo que hacer algo con mi vida


¿Por qué y para qué cambiar? Si así voy “tirando”, como dice Álex Rovira en su libro La brújula interior, “del carro, evidentemente, con lo que la identificación con un animal de tracción es obvia” :-).

Sin embargo, es tal el alcance de hacerse esa pregunta, cuando sientes que tu energía no va bien enfocada, que supone, en sí misma, la primera de las transformaciones.
¿Me gusta lo que pasa en mi vida?
Si la respuesta es negativa, debo hacer algo por mí. Está en mi mano. Y en ese esfuerzo encontraré gran parte del sentido que estoy buscando o del que, quizá, estoy huyendo.
Pasos pequeños suponen un avance definitivo, y, desde esa prudencia, evito angustiarme ante la supuesta avalancha de novedades de la que mi mente pudiera recelar.

Desarrollar todo esto da para un libro (en ello estoy), pero, de antemano, te anticipo que mediante la reconstrucción de tu obra personal, modificando, desde dentro hacia afuera, lo que te impide sentir bien, contribuirás, además, al desarrollo de la humanidad. Así de trascendente:

"Las personas debemos el progreso a los insatisfechos."

(Aldous Huxley)

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Por qué nos comparamos?


Muchos de los conflictos relacionales proceden de las comparaciones. Quien sufre por verse en situación de inferioridad con respecto a otro o a otros desconoce que aquél o aquélllos con quienes se mide son iguales que él . El desconocimiento de sí mismo le lleva a la confusión con respecto a los demás y, en ocasiones, a un trato injusto. Las personas que viven acomplejadas pueden llegar a ser muy crueles, a veces de forma inconsciente, con quienes consideran triunfadores. Así, lo que se da en llamar envidia surge no tanto de la desazón y el ansia por el bien ajeno, sino de la ignorancia y el descontento propios.

De esta forma, se dan problemas de comunicación, que proceden de la desconexión interna de alguno de los interlocutores, y que, a su vez, conducen a la autodefensa y al egoísmo (apartar al otro por lo que aún me pueda arrebatar). Estas conductas responden a una negación de la propia persona y a una vida de esclavitud con el exterior.

Ocúpate de ti, con honestidad. Pierde (gana) tiempo en analizarte, porque, una vez decidido en tu búsqueda, encontrarás un fondo virgen, limpio y sin labrar, esperándote para ser cultivado. Poco a poco, tu trabajo interior te irá devolviendo el fruto de la LIBERTAD, y ya no tendrás necesidad de compararte con nadie. Tan sólo irás midiéndote con tus propios avances.