Muchos de los conflictos relacionales proceden de las comparaciones. Quien sufre por verse en situación de inferioridad con respecto a otro o a otros desconoce que aquél o aquélllos con quienes se mide son iguales que él . El desconocimiento de sí mismo le lleva a la confusión con respecto a los demás y, en ocasiones, a un trato injusto. Las personas que viven acomplejadas pueden llegar a ser muy crueles, a veces de forma inconsciente, con quienes consideran triunfadores. Así, lo que se da en llamar envidia surge no tanto de la desazón y el ansia por el bien ajeno, sino de la ignorancia y el descontento propios.
De esta forma, se dan problemas de comunicación, que proceden de la desconexión interna de alguno de los interlocutores, y que, a su vez, conducen a la autodefensa y al egoísmo (apartar al otro por lo que aún me pueda arrebatar). Estas conductas responden a una negación de la propia persona y a una vida de esclavitud con el exterior.
Ocúpate de ti, con honestidad. Pierde (gana) tiempo en analizarte, porque, una vez decidido en tu búsqueda, encontrarás un fondo virgen, limpio y sin labrar, esperándote para ser cultivado. Poco a poco, tu trabajo interior te irá devolviendo el fruto de la LIBERTAD, y ya no tendrás necesidad de compararte con nadie. Tan sólo irás midiéndote con tus propios avances.
De esta forma, se dan problemas de comunicación, que proceden de la desconexión interna de alguno de los interlocutores, y que, a su vez, conducen a la autodefensa y al egoísmo (apartar al otro por lo que aún me pueda arrebatar). Estas conductas responden a una negación de la propia persona y a una vida de esclavitud con el exterior.
Ocúpate de ti, con honestidad. Pierde (gana) tiempo en analizarte, porque, una vez decidido en tu búsqueda, encontrarás un fondo virgen, limpio y sin labrar, esperándote para ser cultivado. Poco a poco, tu trabajo interior te irá devolviendo el fruto de la LIBERTAD, y ya no tendrás necesidad de compararte con nadie. Tan sólo irás midiéndote con tus propios avances.