lunes, 15 de diciembre de 2008

La victoria de la mirada interior



¿Aprendí a valorar la soledad al escribir, o al saber estar en soledad fui capaz de escribir?

Primero fue la mirada interior.

Me descubrí.

Me recreé.

Nadie me guiaba. Sólo yo me conducía.

Encontré mi propio mi mundo, que era el mundo.

Necesitaba describirlo.

Amé lo que hacía porque fui capaz de amarme.

Quise compartirlo. Tenía algo que dar.

Escribo y gozo.

Me recreo cuando escribo.

Gozo cuando no escribo. La escritura me espera.

Escribí porque supe estar sola.

Y acompañada…