martes, 5 de enero de 2010

¿El salto está en la Creatividad?


Hay muchas personas que se sienten muy aliviadas al haber concluido en la importancia de armonizarse internamente, de restablecer sus relaciones y de vivir en equilibrio con su entorno. Es un descanso saber que puedes manejar tu vida para ser más feliz, que has salido del círculo de los conflictos, y que ya no culpas a nadie de lo que te sucede. Logran esa estabilidad, que proviene del trabajo interior, y la han aplicado en el exterior. Desde luego, es un gran camino y uno de los mayores éxitos.

Sin embargo, cuando esos seres "liberados" de ataduras creen haber rebasado esa frontera de la intranquilidad, encuentran otros motivos para el desconcierto, porque su vida se reduce a franquearla lo más serenamente posible, pero siempre esquivando las piedras que arroja el desfiladero. Así que, cuando consiguen mantener por un tiempo la quietud exterior, la vigilan para que nada se distorsione. La mente, supuestamente en calma, sólo ocupada por pensamientos “controlados”, les lleva a una espiral de desvelo preventivo, que raras veces les permite vivir el presente en plenitud.

Han trabajado su psicología, pero no lo suficiente para sentirse seguros y capaces de fomentar sus talentos.

Quizás el paso hacia una mejor vida esté principalmente en el desarrollo de la creatividad (sin importar la trascendencia del acto creativo), porque equivale a la estancia fluida en el ahora, sin esfuerzo alguno; todo lo contrario, con deleite.

Pero, para que esa creatividad pueda aflorar, es imprescindible haber trabajado la armonía interna inicial, porque, de otro modo, entonces sí, los pensamientos desordenados la bloquearían.

Por otra parte, el desarrollo de la creatividad no favorece únicamente al individuo. Es un proceso que crece dentro y se propaga fuera, promovido por la expansión de la conciencia del hombre, que ha encontrado la labor que le corresponde realizar como cocreador del mundo.