“El cuarto paso en la travesía para llegar a la consciencia más alta es definido por Jodorowsky como “transmutación”, donde nuestro nivel de consciencia se lo pasamos a los otros.
Si aceptamos la transformación interior, hacemos que nuestro nivel de consciencia también exista en los otros.
-El yo me transformo…se convierte en:… yo te transformo.
-Se dice que el hombre transmutado puede prevenir y curar enfermedades o prolongar la vida humana, más allá de los límites que creemos naturales.
-En este nivel, transmitimos el cambio porque sabemos que hemos llegado a él.
-El servir, acompañar, y salvar es esencial en este nivel. Si el mundo no va bien tenemos que poner en práctica:
-Un arte que cure.
-Una educación que cure.
-Negocios que curen.
-Negocios que curen.
-Periódicos que curen.
-Alimentos que curen.
-Políticas que curen.
-Filosofías que curen.
-Juegos que curen.
Mientras no captemos la existencia del otro, poniéndonos en su lugar, toda pareja, familia u obra que creemos llegará como mucho a una satisfacción narcisista: pues los demás sólo existirán como pantallas de proyección de nuestros egos. La frase: “No quiero nada para mí que no sea para los otros” se hace lema.
En este nivel, por nuestra sola presencia, producimos la aparición de:
-Pensamientos positivos.
-Emociones sublimes.
-Obras de arte sanadoras.
-Actos constructivos.
-Portamos la energía bendita, “por donde vamos, la hierba crece”.
(Basado en Cabaret Místico, de Alejandro Jodorowsky)"
Fuente: Plano Creativo