Me retiro a dormir con la alegría de haber aprendido muchas cosas, y en especial una que me inunda de gozo, porque supone alcanzar prácticamente la cima de una escalada muy empinada y prolongada, llena de dificultades y alegrías casi al cincuenta por ciento.
Al final, siempre caigo en la cuenta de que sólo se puede ser feliz desde el autoanálisis para eliminar todo egoísmo que deje espacio a la generosidad.