A veces estamos seguros de que podemos hacer algo que llenaría nuestra vida, pero no nos atrevemos a ponerlo en marcha; por ejemplo, desarrollar un don que está adormecido casi siempre por falta de confianza en uno mismo. Sin embargo, aunque todo nos parezca muy complicado y encontremos pegas por cualquier parte, para dar el salto de la pasividad a la acción sólo hay que hacer algo: ¡Darlo!
El mayor de nuestros propios frenos es el miedo al fracaso (no actuar por miedo a equivocarnos), así como la dependencia de la opinión de otras personas (acostumbrados como estamos a que, en cualquier entorno, alguien nos dirija, nos juzgue y, si no parecemos suficientemente buenos, carguemos con las consecuentes culpas).
Es decir, que quien te paraliza para realizar lo que te gustaría eres tú mismo, son tus miedos, que has alimemtado con aspectos realmente ajenos a ti (lo que pasará, lo que pensarán..). Nadie te está impidiendo soñar, planear, trabajar y persistir. Todo el significado que llevan implícito esos verbos vive en ti y en ti repercutirán los buenos resultados si te decides a volar.
Es decir, que quien te paraliza para realizar lo que te gustaría eres tú mismo, son tus miedos, que has alimemtado con aspectos realmente ajenos a ti (lo que pasará, lo que pensarán..). Nadie te está impidiendo soñar, planear, trabajar y persistir. Todo el significado que llevan implícito esos verbos vive en ti y en ti repercutirán los buenos resultados si te decides a volar.
Si confías en ti, si eres capaz de ver la infinita capacidad que tienes para cualquier cosa que te propongas… nada ni nadie podrá detenerte. ¿Eres consciente del gran poder que tienes? ¡Déjalo salir! Ahora es el momento: en este instante, da el primer paso. Un primer paso abre el camino.
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P.D. Algunos me dicen que debiera dedicarme a ser Coach… Bueno, en mi nombre, Concha, llevo las letras, y aún me sobra una... Disculpen la chulería, pero acabo de caer en el detalle :-).
