Hay una diferencia esencial entre hacer algo con el alma o, simplemente, hacerlo. Cantar con el alma, escribir con el alma, cocinar con el alma, ser anfitrión desde el alma, padres del alma, amigos conectados por el alma, profesionales con alma…
Hacer las cosas desde lo más profundo y para el bien común es lo que distingue a unas personas de otras. Ningún trabajo, ninguna afición, obra, formación o educación pueden cumplir su verdadera función si se realizan a las puertas del alma. Hay que dejarse llevar por los latidos del corazón, llave de ese ambiente cálido y propicio para crear y compartir.