No deja de impresionarme lo que da de sí la Red y las nuevas tecnologías de relación, información y comunicación en múltiples aspectos. Sigo sorprendiéndome de ello, día a día, en el trabajo, en el ocio, en las distintas facetas de la creatividad. No descubro nada si digo que todo es bueno y todo "malo", depende de para qué se utilice (y ¿pa'qué lo digo si ya es sabido? :-))). Un uso adecuado de todos estos avances que estamos teniendo la suerte de disfrutar requiere respeto, buena voluntad y tratar de dar lo mejor de sí en la faceta en la que estés especializado: dar sin esperar nada a cambio y... curiosamente, con este concepto, se recibe más de lo que jamás hubieras esperado.
Mi experiencia en este mundo de relación invisible, pero que se me muestra a veces más real que el "palpable", no puede ser más positiva. He "conocido" a gente maravillosa, he aprendido lo indecible de ellos, día a día, a la carta, eligiendo cuanto he necesitado, sin abonar más que lo mismo que he ido obteniendo: lo poco o mucho que he ido experimentando dibujado en estos maravillosos signos que configuran el lenguaje.
He ejercitado la capacidad de comunicación, he desarrollado la creatividad y he dejado mi alma en este y otros espacios, cuyos "dueños" se comportaban del mismo modo.
He ido abriendo puertas, aquí y allá, asomándome tímidamente a sus ventanas y, con el tiempo, entrando con la confianza de quien va a la casa de sus mejores amigos. Siempre me he sentido y me siento bien recibida, porque he puesto mi alma y mi corazón en cada estancia, del mismo modo que lo estoy haciendo en este escrito.
Últimamente he habitado un lugar muy frecuentado por millones de personas, Facebook, que me costaba decorar a mi modo, pero donde he tenido, en tan sólo una semana, experiencias tan maravillosas como las de poner cara a lectores de este blog, de aquí y de otros países, que me saludan cariñosamente y con los que las fronteras no existen, porque estamos enlazados por redes de Amor: muestra manifiesta de que, sin que nada de esto se hubiera inventado, todos nosotros ya estábamos unidos, aunque no lo supiéramos.