Si, con tus argumentos, dejas hundido a alguien puede que te lleves la razón, pero no la paz. Si permites que cada cual sea como es, siempre estarás en paz.
Del único modo que puedes ayudar o convencer a alguien (sin juzgarle, sin derrotarle y sin dañarle) es con tu buen ejemplo.
No estamos aquí para enseñar a nadie ni para organizarle su vida, sino para compartir la nuestra ofreciendo lo mejor que tenemos: el amor, algo que no es necesario decir, porque basta con sentirlo, transmitirlo y entregarlo en silencio.
No estamos aquí para enseñar a nadie ni para organizarle su vida, sino para compartir la nuestra ofreciendo lo mejor que tenemos: el amor, algo que no es necesario decir, porque basta con sentirlo, transmitirlo y entregarlo en silencio.