Estoy agotada, después de un día de trabajo (fructífero e interesante), tras una jornada de gran movimiento, dentro y fuera de casa; de ir de aquí para allá; al finalizar un día especial para mí, no directa pero sí indirectamente, tocado por cambios esenciales de personas a las que quiero... mucho.
Tengo sueño, pero esta creatividad que me embriaga quiere seguir despierta. Esta ilusión por idear nuevos proyectos, palabras que dicen y dirán, recordar las que dijeron y dar paso a las que están naciendo para decir.
Se me cierran los ojos, y me encanta retirarme a descansar (retirarme... un verbo que camina con movimiento elegante :-) con la estela de estas letras, compañeras de otras tantas que, cuando despierte, estarán disponiéndose coquetas para salir a la luz.