domingo, 4 de diciembre de 2011

"Todos servimos para algo, pero no todos para lo mismo"


Acabo de ver actuar en la tele a un chico que ha conseguido llegar a la final de un concurso para gente con talento. Es malabarista y ya en el concurso dijo que le encantaría ganarse la vida con esa habilidad que ha potenciado de forma autodidacta. Es tímido pero está muy seguro de lo que hace, porque, gracias a su talento y entrenamiento, es un experto en algo extraordinario que le entusiasma.

Al finalizar la actuación, le hacen una entrevista en la que dice que está muy contento porque, desde que se dio a conocer en el concurso, le están llegando ofertas para poder realizar su espectáculo. Finalmente, acota que, aunque no quiere dejar los estudios, se dedicará por un tiempo a ello… Ahí ya me ha despistado un poco…

Siempre, desde mi subjetividad (que me puedo equivocar), me da la impresión de que, como dijo en su día, le encantaría dedicarse por completo a esa afición, que le apasiona y que podría ser también su medio de vida (¡qué mejor, que trabajar en lo que te divierte), pero lo deja en un segundo plano, anteponiendo los estudios.

Desde luego que formarse es muy necesario, que no se me eche nadie encima :-), el saber no ocupa lugar y hará muy bien en contiuar estudiando, pero la vida es tan corta que, si hubiera estado a su lado, no hubiera dudado en decirle: ¡Céntrate en lo que te gusta hacer, porque nada te hará más feliz!

Para completar mi exposición, un texto muy ad hoc de Alejandro Jodorowsky:

-"Maestro, tengo un problema con mi hijo: me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.
-¿Qué harás?
- ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!
-Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo. Desarrolla su talento. Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo".