Esta entrada fue una de las primeras que publiqué, hace casi tres años, cuando abrí este blog. Quiero compartirla con quien no la leyó entonces y también con quien lo hizo, porque (como me ha sucedido a mí) seguro que el texto de Golas le reconfortará; le hará recordar algo tan básico pero tan olvidado como que todos somos esencial y potencialmente iguales y libres.
El sol le sigue a la luna, el día a la noche, la luz a la oscuridad. Juego de contrastes, que se manifiesta permanentemente en nuestra vida.
“Estamos experimentando constantemente estados superiores y también otros menos felices y esclarecidos.
“Estamos experimentando constantemente estados superiores y también otros menos felices y esclarecidos.
Vivimos en un constante vaivén, en un equilibrio dinámico variable, pendular, y nunca podremos ser sólo bondadosos, sabios y buenos; todos participamos siempre en la maldad, el error y la ignorancia.
Nos movemos entre dos límites vitales y extremos, avanzando y retrocediendo en la escala de los niveles de conciencia.
Podemos expandirnos o contraernos. Si es lo primero, nos abrimos hacia el mundo y los demás, ampliamos nuestras percepciones y contactos, comprendemos.
Si es lo segundo, ponemos distancia entre nosotros y el mundo, ignoramos y tememos.
Si es lo segundo, ponemos distancia entre nosotros y el mundo, ignoramos y tememos.
Ambas posibilidades están constantemente presentes y disponibles para todos, porque somos esencial y potencialmente iguales y libres.
Hay que aceptarse como uno está, en su nivel propio, bajo cualquier circunstancia en que se encuentre, porque sobre todo reina una ley de interacción y armonía que da unidad y destino al universo y a todo lo que en él hay. Bajo tal ley nos unimos y nos separamos, bajo tal ley se quiebran y se rehacen los vínculos particulares dando paso a nuevos sentimientos, ideas, actitudes y posibilidades”.
Del Manual de Iluminación para holgazanes (Thaddeus Golas)
Hay que aceptarse como uno está, en su nivel propio, bajo cualquier circunstancia en que se encuentre, porque sobre todo reina una ley de interacción y armonía que da unidad y destino al universo y a todo lo que en él hay. Bajo tal ley nos unimos y nos separamos, bajo tal ley se quiebran y se rehacen los vínculos particulares dando paso a nuevos sentimientos, ideas, actitudes y posibilidades”.
Del Manual de Iluminación para holgazanes (Thaddeus Golas)