martes, 3 de abril de 2012

El Yo interno nunca cambia



"Muchísimos de nosotros hemos crecido en la creencia de que somos el cuerpo que los alberga, el trabajo que realizamos y la religión que practicamos.
Nuestras vidas participan de las realidades exteriores al mismo tiempo queremos que siempre cambian.  Sin embargo, en alguna parte de nuestro interior, nos sentimos iguales.
Puede que nunca le haya dedicado mucho tiempo a ese aspecto del yo, pero silo hace descubrirá un yo interno que nunca cambia, sino que se encuentra inmerso en un mundo cambiante.
Es probable que algún día su yo físico descanse bajo una lápida que dé cuenta de la fecha de su nacimiento y de la de su muerte. Pero su alma interior sabe que usted es eterno.  En esa faceta de su yo carece de forma, no tiene límites.  Sin límites no hay nacimiento ni muerte.  Lo que ha nacido morirá, lo que nunca ha nacido nunca puede morir. ¡Su yo espiritual nunca nació! ¡Su yo espiritual nunca morirá!
El saber esto de una forma que no deje lugar para la duda le capacitará en gran manera para su búsqueda sagrada.  Cuando llegue a ese estado, sabiendo que quien es usted es el yo inmutable, tendrá un propósito en su vida".
 (…)
 "Con independencia de su familia, o de la etiqueta que le hayan colgado.  En la inteligencia de Dios usted es sagrado, y tiene un propósito para estar aquí.
Ese propósito no lo encontrará en el mundo físico.  Cuando deje de buscar la satisfacción en el mundo externo, la totalidad de su ser, icluido su mundo material, reflejará su divinidad”.

Dyer Wayne en Tus zonas sagradas