"Es un virus contagioso totalmente benigno. Es más,
todo el mundo lo lleva dentro, y sólo hay que permitirle que se expanda,
ayudarle a que se haga fuerte, cultivarle con cariño, regarle y dejar que
emerja y se muestre al mundo como un humilde regalo. Se llama “Liderazgo
Horizontal” y como su propio nombre indica trae nuevos “horizont-es”.
Se halla instalado en el mismísimo núcleo de la esencia de
todo ser humano y no se le conoce antídoto ni vacuna. Lo único posible es
inhibirle, osea dejarle dormido.
Liderazgo horizontal es el tipo de liderazgo necesario para
la reconstrucción social y económica en la que está envuelto el mundo.
Líderes horizontales son ese tipo de personas incrustadas a
lo largo y ancho del tejido social, silenciosos, no hacen ruido pero emiten
melodías de fondo que transmiten buenas vibraciones. Están comprometidos en
aportar soluciones allí donde surgen problemas.
Les gusta el trabajo en equipo aunque se sienten cómodos
encargándose, ellos solos, de diferentes tareas. Han aprendido a escuchar y a
tener en cuenta lo que escuchan.
Dialogan, proponen, se responsabilizan y como buenos
aikidokas, rápidamente cambian la energía del ataque por la danza. No les gusta
quejarse sino exponer y proponer. Aprovechan cualquier resquicio para respirar,
sonreír e introducir alguna broma.
Reconocen sus brotes de ira y tratan siempre de transmutarla
en energía creativa. Algunos han estudiado importantes carreras, otros han
aprendido un oficio, otros han venido de un país lejano.
No son amigos de decirle a los demás lo que tienen que
hacer, pero proponen indican, opinan, preguntan, enseñan, si hay que hacerlo
dan directrices, evalúan y agradecen.
Raramente se les ve criticando, juzgando, o gritando pero
cuando lo hacen ponen todo su empeño en transformar sus equivocaciones. Se
toman tiempo para recibir inspiración, procuran no tomar decisiones
precipitadas y esperan a escuchar lo que a veces llaman su “voz interior” o su
intuición.
Les podemos encontrar como dependientes de un supermercado,
jefes de equipo en un ministerio, artesanos del pan en un mercadillo de pueblo,
técnicos de un equipo informático, profesores en un instituto, directores
comerciales o atendiendo por teléfono un equipo de reclamaciones.
Hubo algunos famosos, Ghandi uno de ellos, Martin Luther
King otro, Jesús, y otros pero ha habido y hay miles que solo se conocen en su
barrio o comunidad.
La sociedad actual necesita muchos líderes horizontales que
sigan extendiendo este virus benigno y contagioso.Necesitamos nuevas formas de
entender el trabajo, la actividad productiva, el sentido de para qué son las
empresas, que supone crear “buenos trabajos” para todos.
Necesitamos personas que aporten actitudes, ideas, acciones,
y formas que vuelvan a traer el alma a una sociedad que se la vendió al
mercantilismo salvaje, a la especulación ciega, a la explotación enmascarada.
Tenemos ahora la oportunidad de limpiar las epidemias
nocivas de una sociedad que quiere recobrar la salud perdida.
Gracias a los líderes horizontales pasados, presentes y a
aquellos por venir".
Un interesante artículo y un interesante blog: FelicidadLaboral.
La información me llega de Confianza y Vida