viernes, 4 de junio de 2010

La huida



Si tienes un problema con alguien y huyes (por ejemplo, en un puesto de trabajo, pero puede ser en otro tipo de relación), te llevas tu patrón de pensamiento, tu enfoque, contigo. Si modificas la dirección de tus pensamientos y deseos el problema desaparecerá, y lo que menos importa es con quien estés. Quizá en otro lugar o con otras personas, quizá con las mismas, pero se acabó la huida.

Esther y Jerry Hicks lo explican de este otro modo, que no podía dejar de compartir con vosotros, pertenece a su libro El Vórtice (con algún recorte mío de líneas y párrafos):

“Aquello a lo que prestas más atención emite una frecuencia vibratoria, y si lo haces durante bastante tiempo conseguirás activar esa misma frecuencia dentro de ti. Así que, realizar la acción física de alejarte de ello no evitará su presencia en tu experiencia. Dicho de otro modo más claro: la acción de alejarte no tiene suficiente poder para compensar el poder de atracción de tus pensamientos”.

“Aunque cueste reconocerlo, de una relación opresiva obtienes un beneficio, porque durante esos desagradables momentos, en los que sabías claramente cómo no querían que te trataran (…) lanzabas cohetes sobre tus preferencias. Es decir, esas experiencias desagradables eran el punto de partida hacia una vida mejor y expandida (…) Tu Fuente o tu Ser Interior, seguirá el cohete, se expandía y te guardará la experiencia mejorada”.

Intenta hacer las paces con tu situación actual. Tu resistencia irá desapareciendo y te permitirás avanzar en la dirección de tu iniciada expansión” (…) “Si tu vida te ha hecho pedir que mejore tu situación (sea cual sea) y ya no estás ofreciendo vibraciones crónicas que se opongan a tu deseo, éste se ha de cumplir”.

“Pero no puedes seguir avivando dentro de ti patrones vibratorios de lo que no deseas y recibir lo que deseas. Eso desafía la Ley de la Atracción”.