jueves, 22 de octubre de 2009

FLUIR


El best seller Fluir, de Mihaly Csikszentmihaly (profesor de psicología en la universidad de Chicago) desmenuza con maestría la Psicología de la felicidad, como reza su subtítulo. La obra analiza lo que denomina “estados de experiencia óptima”, “momentos en los que uno se siente poseído por un profundo sentimiento de gozo creativo”, llegando a un estado de conciencia que denomina flow, fluir. He ido refiríéndome a él en las últimas entradas; ahora os dejo algunas de las frases y párrafos que he señalado durante su lectura:


“La irracionalidad adulta es, a menudo, el resultado de las frustraciones infantiles”.

“La civilización se construye sobre la represión de los deseos individuales”.

“Las personas que saben controlar su experiencia interna son capaces de determinar la calidad de sus vidas, eso es lo más cerca que podemos estar de ser felices”.

“En ciertos momentos de la historia, las culturas han dado por sentado que una persona no era totalmente tal hasta que aprendía a dominar sus pensamientos y sentimientos. (..) En otros periodos históricos, como el que ahora estamos viviendo, la capacidad de controlarse a sí mismo no se tiene en tal alta estima. A las personas que lo intentan se las considera ridículas. (...). Pero dicte lo que dicte la moda, parece que los que se toman en serio dominar lo que dice su conciencia viven una vida más feliz”.

“La forma y el contenido de la vida dependen de cómo utilicemos la atención”.

“La conciencia es información intencionadamente ordenada”.

“Es al estar totalmente involucrados en cada detalle de nuestras vidas, sea bueno o malo, cuando encontramos la felicidad, no intentando buscarla directamente”.

“Contrariamente a lo que creemos normalmente (...) los mejores momentos de nuestra vida, no son momentos pasivos, receptivos o relajados (...) Suelen suceder cuando el cuerpo o la mente de una persona han llegado hasta su límite en un esfuerzo voluntario para conseguir algo difícil que valiera la pena”.

“Cada uno tiene una idea, aunque sea vaga, de lo que le gustaría conseguir antes de morirse. Lo cerca o lo lejos que lleguemos a conseguir este objetivo se convierte en la medida de la calidad de nuestra vida; si al menos lo hemos conseguido en parte, sentiremos felicidad y satisfacción”.