Quien reconoce con humildad (y no orgullo, como suele creerse) que tiene poder dentro de sí, que es válido.
Quien es capaz de pedir ayuda.
El que sabe recibir regalos, halagos y muestras de apoyo.
Aquél que afronta lo que viene y quien sabe que todo pasará, y que nada es demasiado grave ni demasiado bueno.
Y...
"Tiene valor aquel que admite que es un cobarde."
(Fernandel)