Cuando crees haber superado casi todo, llega otro reto; pero ahora comprendes que lo mejor de ese reto es la enseñanza que te trae.
Descubres que no hay que buscar, sino vivir, que el camino es el destino y que todo es como debe ser.
Entiendes que cada situación o persona que aparecen en tu vida son vehículos de amor.
Así, cualquier problema es un regalo que, si abres con curiosidad, te ofrece la solución.