miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un Copo de Humor ***

(Había escrito en el título “poco”, pero, una vez leído, se me ha puesto en bandeja el cambio de las sílabas :-)
Con estas primeras nevadas, he recordado una anécdota del año pasado. Tuvimos una temporada larga, por estas tierras castellanas, de amanecer con un precioso paisaje blanco, pero algo acongojante (y no tengo intención de jugar más con las sílabas :-) para conducir.
Por tanto, estaba extremadamente atenta a la información meteorológica, con el fin de saber si, a la mañana siguiente, tenía que madrugar algo más para tomar el tren, en lugar de ir en coche a trabajar.




Tan pendiente estaba de esa información que mi marido y mi hijo, cada vez que no estaba pegada a la televisión cuando la daban, me llamaban con insistencia:

- “Corre, corre, que te lo pierdes…”.
- “Vamos, vamos, tu programa favorito…” :-)

Pero, en uno de esos días, “el hombre del tiempo” me pilló desprevenida haciendo algo por la cocina. Escuché ligeramente la sintonía, y corrí al salón, despavorida :-).

Una vez allí, comprobé que me lo había perdido. Aún así, le pregunté a mi marido:

- “¿Ha salido el del tiempo?”.

- “Sí”, me respondió, mirándome expectante y sonriente…

- “¿Y qué ha dicho?”, le insistí:

- ¡Qué dónde estabas!” :-).

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El humor es una de las mejores válvulas de escape para las pequeñas y grandes preocupaciones, porque nos distancia de la cotidianeidad, que a veces nos atrapa demasiado, y nos traslada a una irrealidad lírica o satírica, que nos despierta haciendo que aflore lo mejor de nosotros.