Hace un año que abrí este blog. Mis expectativas se han cumplido con creces: muchos más visitantes de los que soñé, más participación de vosotros –queridos lectores y blogueros- de la que imaginé, pero, sobre todo... mucho respeto, delicadeza y sintonía, que se han plasmado en vuestras amigables y bienintencionadas palabras.
Me habéis ayudado a criar a este niño que traje casi sin pensármelo, y que ha ido alimentándose de vuestro cariño y compañía.
Orson Wells dijo: “Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude”. Eran otros tiempos... Y lo mejor no es precisamente recibir aplausos, sino la posibilidad de compartir y aprender permanentemente.
Algunos me dicen que cuánta dedicación le pongo, que vaya trabajo... Sinceramente, hacer lo que te apasiona no es trabajo y hablar de lo que te gusta es diversión; tener con quien hacerlo, un placer.
Muchas gracias.