jueves, 14 de mayo de 2009

El Alma Familiar


Estoy leyendo el libro Mis antepasados me duelen. Es muy revelador, si estás interesado en descubrir hasta qué punto nuestro destino puede estar influido por “la historia psicológica de generaciones anteriores”, como se indica en el prólogo.

Es tremenda la influencia de lo que metabolizamos en nuestro entorno familiar, para bien y para mal, pero este libro va más allá de esta influencia y del triángulo "papá-mamá-bebé" a cuyo estudio se dedicó Freud. Muestra, a través de siete entrevistas a expertos en psicogenealogía, que “no somos tan libres como creemos – dice Anne Ancelin (interesada en la pista trasngeneracional, mientras investigaba extrañas enfermedades que se repetían de generación en generación), pero tenemos la posibilidad de conquistar nuestra libertad y de salir del destino familiar repetitivo de nuestra historia si repetimos los complejos lazos que se han tejido en nuestra familia y descubrimos los dramas secretos, las palabras que nunca se dijeron y los duelos inacabados”.

El lema de este movimiento es:

“Donde quiera que vaya, llévese siempre los orígenes de su familia y bendígala, pero ¡libérese!”

En el blog Plano creativo aparece esta cita al respecto, con una recomendación que invita a recrearnos (y justo ayer mismo cayó en mis manos el libro; otra “casualidad”. Bueno, no cayó en mis manos, llegó a mi apartado de correos, que tuve que comprarlo :-) no va a ser todo tan de color de rosa.:

“Si no proyectamos nuestra intención hacia el futuro de forma consciente, se proyectará la intención de nuestro árbol genealógico (Caeremos en el ciclo de las repeticiones)”

Marianne Costa.