Es curioso. En las últimas semanas he experimentado otro pequeñito escalón hacia el cambio: es como si todo lo hicera con mayor serenidad, con menos pasión (interesante el trabajo de las pasiones, para bien y para mal), relativizando la importancia, incluso, de escribir. Pues bien, desde que estoy así, vienen a mí textos y experiencias como la de Albert, o como las entradas que estoy dejando últimamente, en las que "parece que estoy medio tonta" :-) y, gracias a eso, a que me he quitado la presión de que quede "perfecto", vuestros comentarios están también más de acuerdo con mi forma de ser.
Claro que hay tiempos y estados distintos, y todos necesarios para seguir evolucionando. Porque, a veces, también necesitas ponerte trascendente y, si se da el caso, trascender: sentir esos destellos fugaces, que desembocan inevitable y plácidamente en la creación literaria ¿verdad?