jueves, 23 de junio de 2011

Date el gusto de vivir


"Se dice que un gran sabio le dijo a un emperador romano: "Cuando llegue el día de tu muerte, morirás sin haber vivido." Despertemos, para que este epitafio no sirva para nuestra tumba.  ¡Qué bien se siente uno haciendo lo que quiere!
(...)
No hay más que distanciarse uno de sí mismo -como santa Teresa- y darte cuenta de cuándo actúa la programación en ti y de cuándo eres tú mismo. Al darte cuenta de tu programación y de cómo actúa a través de ti, ya te has disociado de ella, y ya no tiene fuerza sobre ti, ya no te puede, porque tú eres algo muy distinto a tu programación; ella no es más que una forma de expresión que usas por hábito, pero nada tiene que ver contigo. Entonces, cuando observas esos hábitos, los tomas con humor: "¡Ya se me pasará!" Y entonces ya no estás molesto, porque a tu yo verdadero no lo afecta.
La vida se escapa y hay que aprovecharla hasta el fondo. Importa fijarse en la ofensa, para aprender, pero no en el ofensor, que actúa por su programación.
Se cuenta de un oso al que metieron en una jaula de seis metros de largo, que caminaba de un lado a otro, sin parar. Al cabo de un año le quitaron la jaula y el animal seguía paseando los mismos seis metros, ida y vuelta, incapaz de ir más allá. Se había acostumbrado. Así, los hombres somos incapaces de salir del espacio de la programación".

Anthony de Mello en Autoliberación interior