"Nos movemos en el camino de la dualidad hasta que nos encontramos con un obstáculo o un problema. Entonces, es nuestra elección si queremos ver el problema como una fuente de miseria o como una oportunidad divina para saber quien somos realmente. Podemos considerar que un mendigo es un pobre desgraciado y centrarnos en todas las deficiencias que la vida puede ofrecer, o podemos buscar el rostro que hay detrás de la máscara y la apariencia y descubrir que todo está en un orden divino beneficioso para todos. Para llegar a este estado de percepción, lo único que se requiere de nosotros es aceptar y permitir lo que es tal y como es, y el obstáculo se convertirá en una oportunidad de oro".
Del maravilloso libro, Rasgar el velo de la dualidad, de Andreas Moritz.
