lunes, 28 de diciembre de 2009

La Matriz de la Vida




He descansado de Internet en los últimos días. Aparte de estar en familia y comer más de lo normal (¡grrrrr! Ahora toca eliminar grasas…), he visto algunas películas que tenía pendientes. Una de ellas es El guerrero pacífico, adaptación del best seller de Dan Millman. Muy buena y muy recomendable para adolescentes y jóvenes, por ejemplo.

Otra película que me ha resultado muy interesante es La Matriz de la Vida, un documental sobre la nueva ciencia de la curación, en la que médicos y profesionales de la salud aportan sus puntos de vista sobre los campos de energía del cuerpo humano, los mecanismos del efecto placebo y las curaciones espontáneas, entre otros temas. El internacionalmente reconocido Sanador Eric Pearl, de cuyo libro hice esta reseña , también participa en la película.

He ido tomando nota de lo que más me ha impactado en ella:

“La enfermedad es información desordenada”, indica uno de los investigadores. "Si corregimos el modo en el que obtenemos y transmitimos esa información podremos llegar a la sanación".

Somos más poderosos de lo que pensamos, el milagro empieza con el cambio de pensamiento, y en la coherencia está el estado de resonancia natural. La curación - indica una doctora- es restaurar los mecanismos de autorregulación del cuerpo. Como médico es a lo máximo a lo que se puede aspirar.

La actual crisis global incluye a la sanitaria. Atacamos a los organismos invasores, y ese es un modelo bélico por el que el cuerpo no quiere pasar. Apuestan por la necesidad de una revolución no centrada en la enfermedad sino en la curación. Esa revolución ya ha comenzado, abanderada por miles de investigadores en todo el mundo, que están contribuyendo a ello.
Este nuevo método de curación propugna que el gen ya no es la principal solución a todas las enfermedades, porque está subordinado a un sistema exterior de información (se indica cómo determinados estudios han demostrado que hijos adoptivos desarrollan enfermedades familiares, siendo su genética, evidentemente, de otra procedencia). Así que se ha de tender a una terapia del pensamiento.

La energía está en el espacio, como un telón de fondo. Y nosotros no es que estemos en ese campo energético, sino que somos puntos de luz. Estamos conectados más allá de los confines del Cosmos.

Nos encontramos, se afirma, en el umbral de cómo se produce, transmite y mejora la enfermedad, mediante lo que denominan “Medicina informacional”. Lo esencial es que, aparte de dejarse ayudar, el enfermo se responsabilice de sus actos y sepa que las emociones positivas regeneran y las negativas degeneran. Muestra ejemplos muy significativos.

Una película muy recomendable. Me ha gustado más que ¿Y tú qué sabes?, aunque cuando la vi también me ayudó a comprender que la realidad que creemos “ver” no es tal.

Aquí os dejo un trailer de La Matriz de la Vida.