miércoles, 31 de diciembre de 2008

Como el agua


Cuando hablamos de cambio imaginamos una ruptura y un desprecio a lo que conocemos, pero, en realidad, no es así, porque nuestra esencia, la que nos sustenta, es siempre la misma; es ahí donde se encuentra nuestra verdadera dimensión, que queda oculta u obstruida por las capas que configuran nuestro ego, fortalecido con la pluralidad de papeles que nos hemos ido inventando para protegernos de un supuesto enemigo, unas veces individual (cualquier persona) y otras colectivo (la sociedad, el mundo).

Creo que no es tanto una ruptura violenta lo que necesitamos experimentar para llegar a ser quien somos y hacer lo que deseamos, sino una asimilición a la realidad con la que mejor sintonizamos. Valentín Fuster y José Luis Sampedro, en una intensa conversación, reflejada en su libro La ciencia y la vida, indican, a este respecto, lo siguiente, refiriéndose a un concepto más global, pero perfectamente aplicable a la individualidad:
“El occidental tiene, frente al mundo exterior, un afán de dominio, de modificarlo, de aplicar la técnica, la acción, en suma, voluntad de transformación. El oriental, por lo menos en culturas tan importantes como las de China y la India, es otra cosa. En lugar de transformación del medio, en China tradicionalmente se ha perseguido la adaptación al mismo. El Tao busca la armonía, la adaptación, ser como el agua, no transformar la vasija donde se vive, sino acomodarse a ella".

domingo, 28 de diciembre de 2008

El propósito del artista


“Un artista tiene que vivir más para compartir sus vivencias con los demás y ayudarles a ser artistas también. La verdadera reencarnación de las almas no empieza tras la muerte, sino en esta vida: créala y creará.

¿Por qué?

Quien es digno de vivir vidas sucesivas también puede vivirlas simultáneas. Y para eso no es suficiente con tener la humildad de creer, sino que, además, se requiere la ambición de un creador”.


Hitonari Tsuji, rockero, cineasta y escritor japonés


(De la entrevista de hoy en La Contra de la Vangardia)


viernes, 26 de diciembre de 2008

La guerra es una postura mental

Generalmente veo a los políticos enfadados unos con otros, tratando de buscar el falllo contrario para demostrar que ellos están más preparados, y muy poco preocupados de que el resultado sea bueno o malo, sino de hacer ver a la masa que ellos sí lo harían bien, o, en el otro bando, que cuando estaban los otros también se equivocaban. A veces bajo el volumen del televisor para analizar sus expresiones y la verdad es que no veo mucha paz, que es lo que deberían transmitir. No es mi intención criticarles porque sí. Hablo desde el convencimiento de que sólo desde la sanación individual se puede llegar a la transformación del mundo. Y las personas que tienen potestad para cambiar las estructuras que “sostienen” las sociedades deberían estar mucho más empeñadas en ello. De lo contrario, seguiremos en pugna permanente, en guerras y disputas de distinto calibre, pero paralizadoras del verdadero desarrollo que necesita el ser humano:
“La guerra es una postura mental, y toda acción surgida de semejante postura mental o bien reforzará al enemigo, al mal percibido, o bien, si se gana la guerra, creará un nuevo enemigo, un nuevo rival igual y, a menudo, peor que el derrotado. Hay una profunda interrelación entre un estado de conciencia y la realidad externa. Cuando estás en las garras de una postura mental como la de la guerra, tus percepciones se vuelven sumamente selectivas y distorsionadas. En otras palabras, sólo verás lo que quieres ver, y después lo malinterpretarás. Es fácil prever qué tipo de acciones produce semejante sistema de autoengaño. O, en lugar de imaginarlo, basta con mirar los telediarios”.

Eckhart Tolle, en Un nuevo mundo, ahora

lunes, 22 de diciembre de 2008

No trates de salvar a nadie

"Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo".
(Friedrich Hebbel)

Quizá hayáis experimentado esas miradas algo irónicas o esas palabras aliñadas con cierto desdén cuando, en la vida cotidiana, habéis tratado de exponer vuestras opiniones respecto a las ventajas de dirigirse hacia lo más profundo de uno mismo. Mi consejo, si me lo aceptáis, es que no tratéis de convencer a quien no está dispuesto a poner de su parte, a quien no quiere evolucionar, a quien no puede, o a quien no sabe que puede hacerlo, de la misma manera que nunca debemos tratar de contentar a quien elige vivir en el descontento. Yo hice ambas cosas, sin obtener buenos resultados.

Se enseña mucho más con los hechos que con las palabras. Las palabras las busca quien las necesita.
Aún así, me sigo asombrando de las legiones de personas que siguen buscando fuera lo que sólo tienen dentro.

viernes, 19 de diciembre de 2008

OS LO DESEO

Una amiga, que está experimentando un profundo renacer, me decía hoy mismo que ha llegado a la conclusión de que hay que vivir ligera.

Eso es, dejar el lastre de la identidad acuñada con pedazos de unos y otros; renunciar a apegos, dependencias y pesos. No arrastrar cargas tuyas ni de nadie, no esperar ni pedir.

Tan sólo recibir los regalos que te da la vida y corresponderla con una actitud tolerante y enérgica, generadora de más vida, verdad o, lo que es lo mismo, belleza.

Un fuerte abrazo y mis mejores deseos para todos vosotros. De corazón.

¡Feliz Navidad!

Y qué mejor forma de empezar el año que con optimismo. Me parece muy buena esta iniciativa:

http://www.elprimeranunciode2009.com/

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La expansión de la existencia


Ayer fue uno de esos días especiales en el que tuve diversos contactos con diferentes personas que nos hemos ido encontrado por algún motivo nada casual y hemos conectado (Internet y los blogs, en especial, son una extraordinaria herramienta para que esto suceda). Se dieron un cúmulo de “casualidades” que me hicieron disfrutar enormemente. Una de estas alegrías me llegó de la mano de dos de las personas con las que tuve el placer de tratar en la cálida editorial Obelisco, durante la edición de mi libro, ambas muy queridas para mí. Una de ellas había puesto en marcha un precioso proyecto empresarial, una librería virtual basada en libros curativos para el cuerpo, la mente y alma. Casi nada… Este es el enlace mediante el que podéis acceder a este espacio: http://eljardindellibro.com/. Enseguida le solicité un par de libros: El increíble poder de las emociones y El poder curativo del aura. Los que seguís este blog, estaréis de acuerdo conmigo en que una vez que vas descubriendo lo bella que es la vida deseas indagar más en sus misterios.
El paquete de los libros acaba de llegarme y abro el primero de ellos; al azar, aparece ante mí este párrafo, que necesito compartir con vosotros por todo lo que me transmite:
“Tu nuevo cuerpo y entorno proporcionan una nueva oportunidad para que un Ser muy sabio y maduro siga expandiéndose de formas diferentes.

A medida que la perspectiva expansiva de quien-eres-realmente se vaya despertando en tu interior, aumentará proporcionalmente tu aprecio por esta experiencia. Si contemplas la vida en el planeta Tierra en su contexto más amplio, disminuirán tus temores, y despertará en tu interior tu entusiasmo natural por vivir”.

Gracias Giova, Laura, Tito y Manuel, por contribuir a la expansión de mi existencia en el día de ayer.

lunes, 15 de diciembre de 2008

La victoria de la mirada interior



¿Aprendí a valorar la soledad al escribir, o al saber estar en soledad fui capaz de escribir?

Primero fue la mirada interior.

Me descubrí.

Me recreé.

Nadie me guiaba. Sólo yo me conducía.

Encontré mi propio mi mundo, que era el mundo.

Necesitaba describirlo.

Amé lo que hacía porque fui capaz de amarme.

Quise compartirlo. Tenía algo que dar.

Escribo y gozo.

Me recreo cuando escribo.

Gozo cuando no escribo. La escritura me espera.

Escribí porque supe estar sola.

Y acompañada…

sábado, 13 de diciembre de 2008

"ELLOS NO SON ESO"


“¿Conoces a ese tipo de personas cuya principal función en la vida parece ser la de ser desgraciada y hacer desgraciados a los demás, la de extender la infelicidad? Perdónales, porque ellos también forman parte del despertar de la humanidad. Representan una intensificación de la pesadilla de la conciencia egótica, del estado de no-rendición. En su función no hay nada personal. Ellos no son eso”.

Maravilloso este párrafo de Eckhart Tolle, extraído del libro El silencio habla. Muestra la aceptación total, una lección compasiva de vida.
Todos somos maestros y aprendices, unos de otros. En la misión que están cumpliendo las personas que viven en el malestar constante, que Tolle califica como “cuerpo-dolor”, "no hay nada personal…". Desde el entendimiento de esta filosofía resulta imposible que te contagien su infelicidad, porque eso sólo sucedería si únicamente percibieras la “fuerza” de su ego a través del tuyo propio y, en ese caso, les otorgarías un excesivo e infundado poder sobre ti. Sin embargo, si consigues ver lo que SON, ese diamante oculto por capas de polvo, que puede llegar a brillar, sin esperar a que así sea para aceptarles, desaparecerá todo rechazo. Te alejarás físicamente de ellos, y sin sentimiento de culpa, si así lo quieres, pero no existirá ninguna barrera entre ellos y tú en el orden espiritual.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Entrega sí, pero hasta donde puedas...


“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

(Gabriela Mistral)

Hazlo tú: planta un árbol, enmienda un error y aparta la piedra, sí, pero... cuídate. Haz todo eso, y más, si necesitan de ti, pero no te olvides de cuidarte. Pon tu energía y generosidad en todo cuanto hagas, pero no sobrepases el límite en el que te hagas daño a ti mismo, o en el que asumas responsabilidades que otros no hayan querido aceptar como suyas:
“Sentirse excesivamente necesario o imprescindible en relación con los demás es un gusto para el ego, pero un disgusto para el verdadero yo, que termina quejándose, a través del cuerpo, enfermando o teniendo graves percances. El coste de no practicar el amor con uno mismo es muy elevado, porque nos conduce a la renuncia de nuestra propia libertad. Aunque también hay que adaptarse a los deseos de otras personas, ceder ante determinados requerimientos ajenos, uno debe saber cuándo está rebasando la frontera de su integridad personal. Y es que no hacer caso de las propias necesidades, no amarse, no practicar la asertividad, ya sea por buscar la aprobación de los demás, por una entrega sacrificada o, simplemente, por pasividad, nos termina colocando en los aposentos del enfado, de la rabia o del agotamiento, en definitiva, de la insatisfacción vital”.

(Párrafo de mi libro, Palabras para el Bienestar)

Ahora bien...

“Mi bienestar está relacionado con tu bienestar; mi sufrimiento, con tu sufrimiento. Pretender buscar mi felicidad y mi seguridad como si yo fuera una isla es una estupidez. De esta sabiduría viene el altruismo”.

(Alan Wallace, fundador y presidente del Instituto de Estudios de la Conciencia, de una entrevista publicada en La Contra de la Vanguardia).

Como siempre, en el medio está la virtud.

sábado, 6 de diciembre de 2008

NUNCA ES TARDE

Unos dicen:
"Para lo que me queda de vida...".
Y otros:
"¡Cuánta vida me queda!".
Esta señora, desde luego, es de los segundos:

“Amigos de Internet, hoy cumplo 95 años. Me llamo María Amelia y nací en Muxía (A Coruña) el 23 de Diciembre de 1911. Hoy es mi cumpleaños y mi nieto como es muy cutre me regaló un blog (pinchad sobre "Un blog"). Espero poder escribir mucho y contaros las vivencias de una señora de mi edad”.

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“Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura”.

(Victor Hugo)


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Tengo que hacer algo con mi vida


¿Por qué y para qué cambiar? Si así voy “tirando”, como dice Álex Rovira en su libro La brújula interior, “del carro, evidentemente, con lo que la identificación con un animal de tracción es obvia” :-).

Sin embargo, es tal el alcance de hacerse esa pregunta, cuando sientes que tu energía no va bien enfocada, que supone, en sí misma, la primera de las transformaciones.
¿Me gusta lo que pasa en mi vida?
Si la respuesta es negativa, debo hacer algo por mí. Está en mi mano. Y en ese esfuerzo encontraré gran parte del sentido que estoy buscando o del que, quizá, estoy huyendo.
Pasos pequeños suponen un avance definitivo, y, desde esa prudencia, evito angustiarme ante la supuesta avalancha de novedades de la que mi mente pudiera recelar.

Desarrollar todo esto da para un libro (en ello estoy), pero, de antemano, te anticipo que mediante la reconstrucción de tu obra personal, modificando, desde dentro hacia afuera, lo que te impide sentir bien, contribuirás, además, al desarrollo de la humanidad. Así de trascendente:

"Las personas debemos el progreso a los insatisfechos."

(Aldous Huxley)

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Por qué nos comparamos?


Muchos de los conflictos relacionales proceden de las comparaciones. Quien sufre por verse en situación de inferioridad con respecto a otro o a otros desconoce que aquél o aquélllos con quienes se mide son iguales que él . El desconocimiento de sí mismo le lleva a la confusión con respecto a los demás y, en ocasiones, a un trato injusto. Las personas que viven acomplejadas pueden llegar a ser muy crueles, a veces de forma inconsciente, con quienes consideran triunfadores. Así, lo que se da en llamar envidia surge no tanto de la desazón y el ansia por el bien ajeno, sino de la ignorancia y el descontento propios.

De esta forma, se dan problemas de comunicación, que proceden de la desconexión interna de alguno de los interlocutores, y que, a su vez, conducen a la autodefensa y al egoísmo (apartar al otro por lo que aún me pueda arrebatar). Estas conductas responden a una negación de la propia persona y a una vida de esclavitud con el exterior.

Ocúpate de ti, con honestidad. Pierde (gana) tiempo en analizarte, porque, una vez decidido en tu búsqueda, encontrarás un fondo virgen, limpio y sin labrar, esperándote para ser cultivado. Poco a poco, tu trabajo interior te irá devolviendo el fruto de la LIBERTAD, y ya no tendrás necesidad de compararte con nadie. Tan sólo irás midiéndote con tus propios avances.

viernes, 28 de noviembre de 2008

La compasión




“Si una espina me hiere, me aparto de la espina pero no la aborrezco”.

Amado Nervo



Iba a desarrollar una reflexión, partiendo de lo que me había sugerido esta cita, pero recordé que tenía guardado este extraordinario texto de José María Doria, extraído de su libro Inteligencia del alma, con cuya argumentación coincido plenamente. Deseo que os “toque”.
“Cuando nuestro ego se siente herido por la violencia ajena, intenta impedir que ablandemos nuestro deseo naciente de venganza. Son momentos en los que tan sólo centramos la atención en el dolor y la frustración que nos ocasionó la ofensa. Es un tiempo en el que nuestro ego clama compensación y justicia sobre este planeta. Pero si esta primera reacción de odio continúa y uno no trabaja para resolver el brote de aversión, se corre el riesgo de anquilosar un sentimiento que, con el paso del tiempo, se convierte en rencor que amarga el alma. Un sentimiento que a nada ni a nadie beneficia, sino que más bien perjudica al que lo emite y, tarde o temprano, lo bloquea y lo enferma.

El problema está en la pérdida de la justa medida. Sucede que el egocentrismo nos coloniza, armando de corazas a la herida egoica y bloqueando la entrada de la comprensión y una mirada de los hechos más profunda y amplia.

Afortunadamente, la evolución humana ha conquistado una capacidad única en la vida planetaria. Se trata de poder ponerse en el lugar de cualquier ser y, tras procesar sus conductas y motivaciones, comprender el juego y despersonalizar la ofensa. ¿Sigue usted "odiando" al perrillo que le asustó o a la serpiente que le mordió la pierna? La serpiente tiene su programa y al igual que cualquier ser vivo procesa sus percepciones en ese cerebro básico que sobrevive, se defiende y reacciona. Cuando logramos comprender la mente del otro, aunque rechacemos el hecho y nos defendamos de sus maneras, ocurre que vaciamos nuestro corazón de rencor hacia el agresor y sus ofensas.
El comportamiento de nuestro enemigo también está sujeto a procesos mentales que activan sus defensas. Sus acciones odiosas, a menudo, proceden de improntas de la infancia e interpretaciones subjetivas de amenaza. En la vida de los seres humanos existen diferentes niveles de consciencia. Desde los más jóvenes y primarios, que se desenvuelven en una banda de miedos y deseos, hasta los más lúcidos y evolucionados que actúan por Valores e insospechados procesos de Amor y de Gracia.

Si usted todavía siente tensión y rencor hacia la figura de alguien que todavía su mente no suelta, recuerde que su enemigo es un ser humano con las debilidades y dolores que para todos la vida conlleva. Cada persona, por prepotente y segura que parezca, tiene su cuota particular de sufrimiento, sus contradicciones y debilidades, sus noches de dolor y sus propias tormentas internas. Su enemigo también sufrió abandonos y también los demás ofendieron a su persona. Algún día se sintió herido pero todavía no sanó a una conciencia más lúcida y despierta. Tal vez, su corazón busca, entre tensiones y nieblas, una paz que perdió y que no encuentra. Un ser que, como a todos los humanos que hacemos la campaña de la vida, le toca aprender en su propia carne las consecuencias dolorosas de sus ofensas.

La vida es más justa de lo que parece y, tarde o temprano, todos aprendemos a discernir que uno, en algún nivel y en alguna medida, cosecha lo que siembra. Permítase usted compasión hacia la criatura que todavía no dispone del regalo de una conciencia atenta y despierta. Aunque no apruebe su conducta, comprenda sus procesos y reconozca las grandezas y miserias de su alma”.


La compasión no es piedad, sino comprensión.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Qué muere cuando se muere?

Hace unos días, Buenafuente entrevistó a Eduard Punset (estoy leyendo su último libro, motivo de la entrevista, Por qué somos como somos, que me parece muy revelador. Ya lo reseñaré por aquí). Os dejo la última parte de esa entrevista, interesante y divertida. No podía ser de otra forma, entre un hombre "puro cerebro", como define Buenafuente a Punset, y el inteligente y ocurrente showman:



Quiero incidir en una de las últimas frases que cruzaron, que me dejó bastante pensativa. ¿Podéis aportar datos para resolver el enigma?

Punset:

"El gran interrogante es saber cuando uno muere qué se muere…".

Buenafuente:

"A mí me da igual. Si me muero, que lo busquen los demás. A ver si después de muerto me va a tocar trabajar... :-)".

Punset:

"No se muere; los átomos son eternos y no mueren. Las celulas reproductoras germinales, que garantizan que te vas a repetir generación tras generación, en un cultivo adecuado, tampoco mueren. Así que... ¿qué muere cuando se muere?".

lunes, 24 de noviembre de 2008

GRACIAS A LA VIDA


Uno de los resultados que más constato en el cambio que he experimentado en los últimos años es mi capacidad para agradecer lo que la vida me regala. Siempre le mostré mi gratitud a las personas; eso es algo que me inculcaron desde la educación, y de lo que me alegro profundamente, porque no he tenido que esforzarme en aprenderlo sola y porque, a través de ello, he recibido mucho más de lo que esperaba. Sin embargo, quizá obviaba todos los demás favores de la vida como, por ejemplo, los que provienen de la naturaleza y que, a su vez, me descubren mi propia capacidad para entusiasmarme.

Este fin de semana hice algo que puede parecer simple, pero que considero extremadamente importante: tomé la decisión de dejar retiradas, para siempre y por completo, las cortinas de mi casa que ocultaban parte de la vegetación que tengo a la vista. Puedo contemplar, así, con absoluta brillantez, las distintas tonalidades de los árboles de hoja caduca y el verde inalterable de los de hoja perenne, y alzar en un zigzag la vista hacia la montaña, que siempre espera paciente mi atención. Trato de corresponder a la belleza que me aportan, sin reparar en el tiempo que les concedo. Mientras lo hago, me devuelven la inspiración que necesito para plasmar sobre el papel lo que me dicta el alma, y, en todo ese proceso, se deleita lo más profundo de mí. El intercambio de energía y la sensación de bienestar es tal que me pregunto cómo habré podido permanecer tantos años sin mostrarles mi gratitud.

Tenemos tanto que agradecer que valorarlo y manifestarlo es, además, una manera muy efectiva de no fijarnos en lo que creemos no tener. Asimismo, mediante la ruptura de ese molde de carencia, dejamos a nuestros descendientes un concepto próspero del mundo en que vivimos: la herencia de vivir agradecido.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

YO ¿SOY?


Ayer me envió una amiga unas reflexiones personales, que creo merecen ser publicadas. Ya que ella no tiene intención de hacerlo, le he pedido permiso para sacarlas a la luz en este blog.

"Cuando tenía dos años, un buen día, me vi a mí misma desde fuera"
Gracias, amiga, por "escapar" entre tus fragmentos...

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“Yo ¿Soy?

Me he pasado la vida intentando juntar diversos fragmentos para formar con ellos un todo. Ese todo podría llegar a ser mi identidad. Pero los fragmentos, por alguna razón, no logran ensamblarse nunca del todo. Siempre quedan grietas, fisuras, y el todo no termina de aparecer.

Con frecuencia me he preguntado: ¿Quién soy yo? Y nunca he sabido responder. Cuando tenía dos años, un buen día me vi a mí misma desde fuera y me pareció raro ser aquella niña de dos años que no levantaba un palmo del suelo. Sentí verdadera extrañeza ante mi situación. “Así que estos señores, estos desconocidos, son mis padres, y esta calle es la calle en la que vivo..., pero ¿de dónde he salido yo?” .

Ahora me doy cuenta de que mi intento de reunir los pedazos: “yo soy la que...” era ficticio. Yo creía querer reunirlos, pero en realidad siempre he procurado que no se unieran del todo, porque una vez unidos formarían una coraza de la que no podría escapar.

¿Escapar? ¿Escapar a dónde? Escapar al TODO. A eso que es la vida y que nos une a todos. Los fragmentos que yo creía ser elementos constituyentes de mi identidad, en el caso de unirse, sólo formarían una cáscara, una carcasa, un habitáculo. Así que en pro de la respiración cósmica y por una voluntad sabia más allá de mi razón los fragmentos han permanecido discretamente separados. No hay Yo. Sólo hay Ello y Ello es un flujo/reflujo de la Inmensidad. Lo que acontece es anécdota. Acontece algo y bien podría acontecer todo lo contrario. Daría igual, La entidad que mi cerebro llama “Yo” seguiría existiendo con un argumento o con otro.

Pienso en las montañas. Las montañas son pliegues de la tierra y siguen siendo montañas tanto si llueve como si hace sol. Montaña es un concepto. Es la capacidad de montañizar de la tierra. No hay diferencia entre una montaña y otra, aunque su altura y contextura varíen. Pero a los humanos eso no nos gusta. En seguida les ponemos nombres y las individualizamos. Volcamos en lo que vemos nuestras ansias de identidad, que nacen de un deseo incontrolable de apoderarnos de lo que no es nuestro.

Podemos llamar a una montaña “Manolita” y creer que se trata de un lugar especial, con una configuración concreta y que por lo tanto la montaña cae presa de la identidad con la que la dotamos a través del nombre. El ser humano quiere definir y delimitar para poseer.

Ahora que veo que respiro a través de las grietas que quedan entre los mal llamados por mí “MIS fragmentos” me doy cuenta de que la tarea en realidad consiste en la NO IDENTIFICACIÓN. Desposeerse de todo y ser en TODO.

Mil anécdotas, mil historias. Mil argumentos. Nada de eso es Yo. Y Yo no está triste por haberlo descubierto. Se está riendo a sus anchas de ser un invento del conjunto de neuronas con las que nací.

Hay neuronas jugando en cada cerebro humano. Miles de neuronas inventando identidades. Saludemos a nuestras neuronas dejándoles claro que no nos creemos nada de lo que nos están contando. Y menos lo de la identidad.
Pero vivimos en esa religiosa creencia. ¨Yo soy el hijo de... el nieto de... el padre de... el médico, el pintor, el abogado, el profesor, el barrendero, el carnicero, el deshollinador...” “Estos son mis padres, mis nietos, mis hijos, mis sobrinos...” ¿”Mis”?

¿Podría decir del mismo modo “yo soy la que siente, o la que piensa...”?

Pensar y sentir ya no son anécdotas. Pero tampoco son identidades. Cada ser humano, mal que le pese, piensa y siente cosas muy similares a otro ser humano, Pero cada uno cree que sus pensamientos y sentimientos son originales. ¿Qué sentimos en definitiva?
¿Amor, odio, deseo, ira, frustración, miedo? Sí. Eso es común a todos. Pero esos sentimientos son del primer escalón”.

lunes, 17 de noviembre de 2008

"El viaje de Jaume"

“Es cierto que los gobiernos tienen mucha responsabilidad en la situación del mundo, pero nosotros no nos podemos quejar del mundo, siendo parte del mundo”.
Jaume Sanllorente
El programa "Siete Días", de Telemadrid, ha emitido el reportaje "El Viaje de Jaume", que hace referencia a la labor del autor del libro Sonrisas de Bombay, en el que narra su generosa experiencia, y ya modo de vida, con los niños pobres de Bombay. Aquí os dejo el vídeo. Merece la pena escuchar a Jaume, que nos habla desde lo más profundo de su corazón.

Los valores

José Luis Sampedro, en una entrevista concedida a La Contra de la Vanguardia, hace unos meses, respondía concisa y lúcidamente a unas preguntas trascendentales. He extraído de ella algunas de estas preguntas y respuestas, porque cuanto más las leo más me aportan:

¿Qué mensaje le dejaría a su nieto?

Busca bondad y sabiduría con dignidad.

¿Qué es la bondad?

Inteligencia vital.

¿Qué es la sabiduría?

Desdeñar poder y dinero. Nos programan para venerarlos...

La gran pregunta es ¿para qué vivir?

Para vivir.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Elegimos nuestro tipo de vida


“Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección”.
(William James)

Elegimos constantemente, tanto si elegimos realizar una acción o si la elección consiste en no actuar. Por ejemplo, cuando achacamos nuestras desgracias a las acciones de los demás, esa falta de compromiso personal es ya una elección, la de no asumir el mando de nuestra vida. Tal vez inconsciente, pero elección al fin.

Louise Hay, la autora del best seller Usted puede sanar su vida, indica que, incluso, elegimos a nuestros padres antes de nacer, porque encarnan los patrones mentales que hemos de superar para seguir creciendo. Cada vez creo más en este tipo de teorías, más por intuición que por conocimiento del tema. Lo que sí es evidente es que, una vez aquí, si permaneces pasivo ante lo que tienes que solucionar estás tomando la decisión de abandonarte, y esa es tu elección.

Con estas palabras no pretendo hacerte sentir culpable, sino todo lo contrario, esperanzado, porque es muy estimulante saber que tenemos control sobre nuestra vida. Lo contrario, sentirnos presos de las circunstancias y sólo dependientes de ellas, sería desalentador. ¿Qué podríamos hacer? Daría igual tener iniciativa que dejarse llevar...

Sin embargo, si no has asimilado o siquiera pensado en todo esto alguna vez, puede que, inicialmente, no te complazca saberlo, porque te sientes tan “cómodo” en tu inadvertencia que quizá elijas vivir abstraído en ella en lugar de hacer uso de la libertad que te otorgaría la responsabilidad.

En cualquier caso, esa es tu elección.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Usted no es su pensamiento


Hace unos días estaba dando vueltas a un asunto que me preocupaba. No podía quitármelo de la cabeza, así que puse en práctica el método de cortar mi pensamiento. Me imaginaba que partía literalmente en dos esa preocupación que me tenía intranquila, pero no lo conseguía. No era capaz de quitármelo de encima, porque mientras deseaba eliminarlo, estaba pensando en ello.

Supongo que, si estáis en un proceso en el que os cuestionáis la vida para buscar la verdad, os habréis dado cuenta de que todo lo que os tiene que suceder, o lo que tenéis que aprender, se os pone “en bandeja”. En esta ocasión, sólo se trataba de un pensamiento, pero la “casualidad” me llevó, una vez más, al libro de Tolle, El poder del ahora. Lo abrí, al azar, y apareció este párrafo milagroso:

“Intente un pequeño experimento. Cierre los ojos y dígase a sí mismo: “Me pregunto cuál va a ser mi próximo pensamiento”: luego póngase muy alerta y espere por el próximo pensamiento. Compórtese como un gato observando la guarida del ratón. ¿Qué pensamiento va a salir de la guarida del ratón? Inténtelo ahora.

Tuvo que esperar algún rato antes de que el pensamiento llegara...

Mientras que esté en un estado de intensa presencia, usted está libre de pensamiento. Usted está quieto y sin embargo muy alerta. En el instante en que su atención consciente cae por debajo de cierto nivel, el pensamiento se apresura a aparecer. El ruido mental regresa: la quietud se pierde. Usted vuelve al tiempo”.

Pruébalo. Intenta captar tu próximo pensamiento y comprobarás que, en ese momento de presencia consciente, no eres lo que piensas, sino el que lo piensas, el que lo observas. Es tu Ser el que ESTÁ.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

SER o parecer


Cuando alguien dice “no sólo hay que ser sino también parecer” (que me da la impresión de que significa, "parece, que lo de ser es lo de menos...") le pregunto a quien hay que parecerle ¿a los demás o a uno mismo? De esa pregunta surge otra afirmación-juicio por su parte: “No creas que eres el centro del mundo, y que sólo tiene que importarte lo que pienses de ti”.

No lo creo. Tiene que importarme lo que piensen otros, pero no actuar solamente en función de ello. Cuanto más eres tu mismo menos papeles representas y más conectado te sientes con aquellos a quienes, de otra forma, pretendías impresionar a través de la apariencia. No te ves distinto o superior al resto del mundo, sino que te percibes como el propio mundo desde la fusión y la comunión con todo y con todos.

A su vez, mejor concepto tendrán los demás de ti, sin necesidad de que hayas ideado estrategias para ello, porque les ofreces una imagen nítida, sin distorsiones. Lo que eres es lo que les muestras y la coherencia tiene recompensa.

De cualquier forma, aún cuando tengamos todo esto muy interiorizado, no estamos exentos de representar papeles en determinadas ocasiones, aunque sea de modo inconsciente. Cuando nos sentimos vulnerables podemos utilizar esta “defensa” para evitar el sufrimiento por el ataque ajeno. Tememos entonces que llegen a nuestra profundidad y, por eso, la ocultamos, cuando, en realidad, esa profundidad es nuestra verdadera fuerza.

lunes, 3 de noviembre de 2008

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"


Por primera vez en Europa, los próximos 7, 8 y 9 de noviembre, se celebra, en Barcelona, el I Foro Humano Europeo, promovido por la Alianza para la Nueva Humanidad (ANH).

“La ANH es una iniciativa apolítica, no ideológica y plural, promovida en el año 2003 por diez miembros fundadores y presidida por Deepak Chopra. La Alianza cuenta hoy con un consejo de honor compuesto por más de cincuenta personas, entre las que se incluyen ganadores del Premio Nóbel de la Paz, escritores, científicos, defensores de los derechos humanos, ambientalistas, artistas, deportistas, filántropos, comunicadores, ex jefes de estado y líderes espirituales de todo el mundo”.

La misión de esta Alianza y, por tanto, de este foro es “conectar a todas aquellas personas que trabajan, mediante su transformación personal y la acción social, con el fin de crear un mundo justo, sostenible y en paz”.

En este enlace encontraréis el programa y datos para la inscripción a este acontecimiento, así como un vídeo en el que el Presidente de la ANH, Deepak Chopra expone la necesidad de crear una nueva conciencia planetaria de PAZ y COMPASIÓN, mediante comunidades autogobernables que conectarán con otras, consiguiendo así una civilización justa.

viernes, 31 de octubre de 2008

Lo que nos decimos


“Estoy tonta, me he vuelto a equivocar”. Esta frase podemos decirla cuando creemos haber cometido algún error, y puede tener diferentes interpretaciones:
- Ser un desahogo que nos permite repetir una acción, haciendo con ella una parada para continuar (un uso productivo).

- Una forma de disculparnos ante quien se ha dado cuenta de nuestro fallo (aceptable, sólo si afecta a terceros).

- Una manera de exteriorizar nuestra torpeza para hacérsela ver a otras personas (denota falta de autoestima).

Suelen ser frases hechas, sin gran trascendencia. Sin embargo, si utilizamos sentencias de este tipo constantemente, si hablamos mal de nosotros y, por tanto, si pensamos mal de nosotros... esa será la imagen que proyectaremos y tendrá correspondencia con lo que obtengamos.

Recuerdo una de mis primeras lecturas sobre crecimiento personal, que me invitaba a mirarme al espejo y hablar bien de mí; referirme en voz alta a mis virtudes; desearme un buen día y afirmar que cada día que pasara sería mejor.

En otro apartado me indicaba que sonriera, aunque fuera de forma forzada, viendo reflejada así mi imagen positiva. Al principio me resistía a hacerlo; me sentía algo ridícula, no por el hecho de actuar de esa manera, que de teatrera tengo un rato :-), sino porque como siempre esperaba que me dijeran otros lo que iba a sucederme o cómo debía actuar, no me hacía a la idea de que esos ejercicios pudieran influir en mí.

Con el tiempo, me he dado cuenta de que, una vez que aprendes a poner en práctica estas afirmaciones, valiéndote del maravilloso instrumento de la palabra, te vas acercando a un patrón mental de prosperidad.

Un ejemplo simple: cuando busco un aparcamiento, me digo interiormente que merezco encontrarlo justo en el lugar al que voy, y SIEMPRE se cumple mi deseo (claro.. que me estoy refiriendo a Ávila, no a Madrid :-). Si me distraigo pensando en lo que haré cuando llegue a casa o en cualquier otra actividad no relacionada con la acción de aparcar, me paso la tarde dando vueltas a la manzana :-)

En general, en nuestra vida se manifiesta aquello a lo que prestamos atención, sea para bien o para mal. La diferencia entre deleitarte con la vida o angustiarte con ella tiene mucho que ver con la forma de pensarla y de expresarla.

martes, 28 de octubre de 2008

PLANETA TIERRA






Nota: Una vez abierto el vídeo, os recomiendo que lo pongáis a pantalla completa (botón derecho del ratón).

miércoles, 22 de octubre de 2008

Recuperar el valor de las personas

Hace algún tiempo, por aquello de las sincronías, encontré un artículo en la red que hablaba sobre el futuro de las personas en las organizaciones. Me atrajo su contenido, pero, sobre todo, me llamó la atención la valentía y claridad con la que se expresaba su autor, Andrés Pérez. Me gusta leer sobre gestión de empresa, en especial sobre lo relacionado con el desarrollo de las personas en este ámbito en el que pasamos un buen tramo de nuestra vida. El estilo de Andrés y su forma de describir la importancia de humanizar las empresas y permitir que emerja el talento dentro de ellas coincidían plenamente con mis percepciones.
Tras finalizar la lectura de aquel artículo, busqué más información sobre su autor en la Red y di con su blog. Desde entonces, no dejo de visitarlo y de participar en los comentarios a sus escritos sobre Branding Personal, concepto en el que se basa su propuesta. Reconozco que, desde que abrí este blog, ha cedido mi participación, pero no siento ningún remordimiento :-), porque él es el principal “culpable” de que me decidiera a ponerlo en marcha. Nunca podré agradecerle lo suficiente que me diera ese primer empujoncito, y en varias ocasiones, y al que yo no hacía mucho caso… en cierto modo por evitar atarme a más tareas (bendita atadura, pienso ahora) y quizá por alguna inseguridad mía ante lo desconocido.
Pues bien, ahora, con sumo placer, os presento su ópera prima en formato libro, Marca Personal, un libro que pretende reafirmar las capacidades de las personas, ayudándolas a consolidar su verdadera identidad como consecuencia de su propio esfuerzo y coherencia personal. En sus páginas y, a través del Branding Personal, Andrés nos muestra “un concepto humanista que trata de recuperar el valor de las personas y de su trabajo en un momento en el que los profesionales se han convertido en "commodities", en Marcas Blancas, sustituibles, baratas e indistinguibles. No quiere convertir a las personas en objetos, sino recuperar su singularidad, aquello que las diferencia y las hace valiosas. No quiere reducir a los profesionales a una "Job Description" o a un puñado de competencias. Lo que pretende es la liberación del talento en lugar de la retención. La Marca Personal no es la venta de uno mismo. Sino todo lo contrario. Se trata de aprender a vender nuestro trabajo para no tener que vendernos nosotros”.

Un libro escrito con la misma frescura y espontaneidad con la que “habla” en su blog, con la precisión necesaria y sin rodeos.
Mucho éxito ante este nuevo reto, Andrés, que considero una consecuencia más de haber logrado tu propia Marca Personal.

viernes, 17 de octubre de 2008

¿Por qué nos sentimos mal?

Muchas veces nos sentimos mal sin una causa concreta. Las cosas nos van bien; no hay problemas graves a la vista... En esos casos, cuando no tenemos problemas, hacemos de la vida un problema ¿Y qué es lo que nos lleva a ese estado de desasosiego sin justificación? Lo que maquinamos, los pensamientos repetitivos y estériles, que nos llevan a la impaciencia, a la ansiedad e, incluso, a la depresión.
Parece absurdo que nuestra mente nos maneje, como marionetas, como si no tuviéramos poder sobre ella. Parece absurdo pero dominarla es lo que nos resulta más difícil. No sabemos economizar pensamiento, aplicarlo sólo cuando lo necesitamos, cuando su uso sea provechoso y productivo. ¿Y cómo eliminamos ese pensamiento “sobrante”?

Hay numerosos estudios y técnicas para ello, pero hace un par de años encontré un estupendo post al respecto, que me "tocó" porque tenía la fuerza de la experiencia. La persona que lo escribía, Mercè firmaba (gracias), estaba ayudándonos desde su trabajo interior. Os dejo ese texto, y espero que también os sirva.
Aquí va un avance:
“Cuando aquietas la mente, lo primero que te das cuenta es de tu soledad. La mente en marcha es un amigo que siempre te hace compañía, todo el rato te está diciendo qué debes hacer, qué hiciste, qué harás, analiza lo que está pasando”.

“Lo segundo que te pasa es que crees que no podrás hacer nada, sin tu mente. ¿Cómo vivirás sin mente? De repente, el vacío. Pero no es un vacío. La mente tiene diferentes niveles. Sólo conocemos el más cercano, ese que está haciendo run run todo el rato”.

martes, 14 de octubre de 2008

Menos negatividad y más decisiones individuales


“Señoras, señores… Franco ha muerto.
¿Ah, que ya lo sabían…? Es que yo sólo veo los telediarios de “Cuéntame”:-)
Así ha encabezado hoy el programa “El Intermedio” el Gran Wayomi. Y yo podría decir lo mismo, porque soy incapaz de “tragarme” un telediario completo. Como indica este artículo de la revista Fusión, se han ganado la denominación de partes de guerra. Nos presentan sólo la cara siniestra de la vida, que también existe, pero su objetivo no enfoca toda la realidad. La vida es también bella.

Hoy le leído una entrevista al físico Fritjof Capra (publicada en "La Contra de la Vanguardia", y que me llega a través de mi amigo Pau-marc, gracias una vez más, si me lees) en la que afirma: “La actual crisis económica y de seguridad, el agotamiento de los recursos y el cambio climático son distintas facetas de la misma crisis: una crisis de percepción”.
Hemos llegado a esa desvirtualización del enfoque desde un concepto competitivo y de separación, una visión fragmentada del mundo, que nos lleva al caos desde ese error de percepción.

Sin embargo...

“La ciencia en el siglo XX ha experimentado un cambio de paradigma muy profundo en su visión del mundo. Nuestros conocimientos actuales nos llevan a ver el mundo material como una red de relaciones inseparables. Y en cuanto a la separación entre cuerpo y mente, hemos comprobado que cada célula individual es un sistema cognitivo vivo de por sí, conectado con todo lo demás".

Independientemente de la información negativa y cruda (también real y sufrida por tantas personas) que nos muestran los medios de comunicación, de los enfrentamientos entre países por intereses y de las conversaciones estereotipadas y fatalistas de la gente de a pie sobre el futuro de la humanidad, a pesar de todo eso, creo que cada vez hay más picos de esperanza que proceden de personas como este físico, que finaliza la entrevista con estas magistrales respuestas a las preguntas que le formulan:
"Entonces, ¿cuál es la actitud para remontar esta crisis?

Hay que atar cabos, ver cómo se interrelacionan todas las cosas porque no existen problemas aislados. Por ejemplo: que nosotros conduzcamos un determinado tipo de coche, que hagamos un uso concreto de la energía, significa que tendremos más emisiones de efecto invernadero.

... Y esas emisiones provocarán el calentamiento del planeta.

Sí, y a su vez, ese calentamiento hace que se deshiele un glaciar en Asia que provoca que los grandes ríos que salen del Himalaya, el río Amarillo y el río Ganges, se queden sin agua, lo que acaba en hambrunas. Por tanto, nuestras propias opciones individuales, nuestras decisiones, tienen implicaciones globales, todos somos responsables.

Tomo nota.


La buena noticia es que existen soluciones para muchos de los problemas del mundo actual, y muchas son sencillas: tenemos los conocimientos, disponemos de las tecnologías y de la capacidad financiera necesarias para conseguir una sociedad sostenible. Lo único que nos falta es la voluntad política".

jueves, 9 de octubre de 2008

¿En qué he cambiado?


Escribí mi libro como un recopilatorio de los aspectos que había ido teniendo en cuenta en mi proceso de cambio, en el que aún estoy, claro. Lo único que no cambia es el mismo cambio, dijo alguien... Una vez publicado, me di cuenta de que aquello que ya había ido ejercitando desde siempre era lo que mejor había expresado. No me costó en absoluto redactar el capítulo destinado a amar (¿complacer?) a los demás, porque eso me lo habían enseñado muy bien; tampoco el de perdonar (¿evitar situaciones incómodas?), por la misma razón. Escribía fluidamente sobre ser alegre (¿explosiva?), porque lo había practicado toda mi vida, al igual que optimista (¿irreflexiva?).
Sin embargo, tuve que esforzare en otros asuntos más relacionados con mi interioridad, sencillamente... porque me había olvidado de mí... tan interesada en tener todo tan hilado a mi alrededor...
Me costó redactar, por ejemplo, los capítulos que abordaban cómo observarme más y juzgar menos; cómo responsabilizarme de mis actos y quererme, sobre todo quererme. Porque esa es precisamente la causa por la que complacía, evitaba situaciones incómodas, era explosiva e irreflexiva, porque no me respetaba lo suficiente, y por eso también depositaba mi energía en otras personas, para que me aportaran lo que creía no tener... Y ya lo poseía; sólo había que descubrirlo.

Me costaba más escribir sobre la manera de respetarme, porque tenía menos conocimiento de cómo hacerlo; sin embargo, aporté, en la redacción de esos fragmentos toda mi fuerza, la que había retenido durante mucho tiempo y la que, por fin, comenzaba a saber encauzar...

Y me quise un poco más... y supe amar, perdonar y derrochar alegría y optimismo. Y esa sinceridad, desde lo más profundo de mí, me trajo, como un regalo, todo el amor de aquellos a quienes antes se lo exigía. Pero algunos… aún no pueden dármelo en su totalidad, porque están muy ocupados en hilar todo lo que tienen alrededor de sí.

martes, 7 de octubre de 2008

Y la luz... se hizo



“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”.

Víctor Hugo

El amanecer de hoy ha sido espectacular. De camino al trabajo, iba dejando tras de mí un cielo indescriptible, que me voy a atrever a describir :-):

Bolitas superpuestas de algodón, tocadas por el gris de las sombras aún nocturnas, se iban elevando para dar paso a una intensa luz brillante que se manifestaba progresiva y dulcemente sobre la montaña de Gredos. Casi peligra mi integridad porque no podía apartar la vista, por los espejos retrovisores, de semejante espectáculo visual. La luminosidad inicial formaba una franja bien delimitada, como trazada deliberadamente por las nubes y la tierra, que animaba a retirarse, de forma pacífica, al rizado “tejido” gris azulado.

Mientras contemplaba este delirio de belleza, me preguntaba cuántos amaneceres me había perdido todos aquellos años en los que me sentía separada de la naturaleza... y atada a la confusión.

En el trayecto, intentaba captar la expresión de los que venían conduciendo por el carril contrario (de nuevo, imprudente :-), que se encontraban de cara con esta maravilla en la que todo posee un significado, y trataba de adivinar de una ojeada, y sin resultado, en qué etapa de sus vidas se encontrarían...

domingo, 5 de octubre de 2008

La grandeza de la blogosfera


Esto de la blogosfera es un mundo interesantísimo. En los últimos días, Senior Manager ha publicado en su blog la definición de diferentes términos relativos al mundo de la empresa, para lo que ha pedido la cooperación de algunos de los que utilizamos este medio para expresarnos. Aquí os dejo la última entrada (hay otras dos anteriores). Me parece un estupendo ejercicio de colaboración, trasladable igualmente a otro tipo de conceptos, y le agradezco que contara conmigo, teniendo en cuenta el prestigio de su blog en ese campo (uno de los más visitados en el tema de dirección y gestión de personas).

Por si fuera poco, hoy mismo, he recibido de mi querida Carmen, desde su Condición humana, el premio Blog de oro, que agradezco profundamente, por venir de ella, con la que me siento bastante identificada, y por ser el primero que recibo.
Gracias a ambos y a todos los que aportáis vuestro conocimiento y sabiduría en la Red de forma generosa.

viernes, 3 de octubre de 2008

La actitud


Ayer, un amigo me regaló un trébol de cuatro hojas. Lo encontró mientras paseaba, y cuando me lo dio tuve una buenísima intuición. No soy nada supersticiosa, pero sí creo en las señales que aparecen cuando te sientes alineado con tus deseos.

Él camina mucho todos los días. En una ocasión, le dije que me gustaba verle caminar, porque lo hace de forma distinta a la mayoría de las personas. Avanza ágil pero sin signos de aceleración; parece que flota sobre el asfalto. Él me respondió que cree que la actitud que adopta cualquier persona cuando realiza una actividad marca la diferencia para que se desarrolle talentosamente o sin sentido.

“Por ejemplo –me comentó- cuando me dices que cuando ando parece que voy "flotando" es porque lo hago con el propósito de que sea de esa manera, porque no me supone ningún esfuerzo, y esto es así porque no ando con los pies solamente, sino también con todo el cuerpo y con la mente; cada parte de mí se orienta hacia el movimiento, la respiración también, la sangre que bombea mi corazón, y mi cerebro que a veces se despista, pero que también se centra en ello. Pero todo esto sucede porque quiero y deseo que sea así. No camino porque me lo haya prescrito el médico o por bajar peso o por un motivo específico, sino porque considero que es saludable y, además, me agrada. Lo hago conscientemente”.

Ayer me entregó el trébol, con la misma actitud con que camina, y lo hizo justo en el momento en el que nos intercambiábamos unos textos que hemos elaborado para el desarrollo de un precioso trabajo en equipo. ¿No es una buenísima manera de ponerlo en marcha?

miércoles, 1 de octubre de 2008

El origen del miedo


Se habla mucho de eliminar el miedo, en sentido abstracto, como si se esfumara de una pasada: supera tus miedos, afróntalos, libérate de ellos, conquístalos, llévalos a tu terreno, sedúcelos... Pero todo el mundo se pregunta cómo hacerlo, porque voluntad no nos falta, pero hay tantas situaciones en las que nos sentimos vencidos por esos miedos, que nos perdemos...

Como en cualquier proceso, lo primero que hay que abordar es el conocimiento de aquello sobre lo que se desea actuar. He leído mucho sobre este aspecto, y desde muchos puntos de vista, pero, al final, cuando quiero recordar qué es lo que me lleva al lugar donde no deseo estar, siempre acudo a mi admirado E. Tolle. En El poder del ahora describe el origen del miedo desde dos vertientes (*), que quiero compartir con vosotros:

1. La identificación con la mente

“Mientras esté identificado con su mente, el ego gobernará su vida... el ego es muy vulnerable e inseguro, y se ve a sí mismo constantemente amenazado... Para el ego la muerte está siempre a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de su vida. Por ejemplo, incluso algo aparentemente tan trivial y “normal” como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y hacer ver que el otro está equivocado –defendiendo la posición mental con la que usted se ha identificado- se debe al miedo a la muerte... Estar equivocado es morir. Se han hecho guerras por esto e innumerables relaciones se han roto. Una vez que usted ha dejado de identificarse con su mente, que tenga o no razón no influye en el sentido que tenga de usted mismo, así que la necesidad compulsiva e inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, no aparecerá. Usted puede establecer clara y firmemente cómo se siente o qué piensa, pero no habrá agresividad o actitud defensiva en ello”.

2. La sensación de carencia de totalidad

“Otro aspecto de dolor emocional es una sensación profundamente arraigada de carencia de totalidad, de no estar completo... Las personas se embarcan a menudo en una persecución compulsiva de gratificaciones para el ego y de cosas con las cuales identificarse para llenar el vacío que sienten dentro... Pero incluso cuando alcanzan todas esas cosas descubren pronto que el vacío está todavía allí. Entonces están realmente en problemas, porque no pueden engañarse más a sí mismos. Bueno, pueden y lo hacen, pero se vuelve más difícil.

Las identificaciones más habituales del ego guardan relación con las posesiones, con el trabajo, con el estatus y reconocimiento social, con el conocimiento y la educación, con la apariencia física, con las habilidades personales, con las relaciones, con tu historia personal y familiar, con los sistemas de creencias, y también con las identificaciones colectivas: nacionales, raciales, religiosas y otras. Ninguna de estas identificaciones eres Tú. ¿Te da miedo saberlo? ¿O te produce alivio? Antes o después tendrás que renunciar a todas esas cosas. Quizá aún te resulte difícil de creer, y ciertamente no te estoy pidiendo que creas que tu identidad no se halla en ninguna de estas cosas. Llegarás a saber la verdad de mi afirmación por ti mismo. A más tardar, lo sabrás cuando sientas que la muerte se acerca.
La muerte te desnuda de todo lo que no eres tú. El secreto de la vida es “morir antes de morir” y descubrir que no hay muerte”.


(*) He eliminado frases entre párrafos, para hacer más ligero el comentario. Lo ideal es leer el libro por completo. Es una verdadera joya del “despertar”.

sábado, 27 de septiembre de 2008

"El optimista se ancla en la lucidez" (Álex Rovira)

En la página de agradecimientos de mi libro, Palabras para el Bienestar, hago alusión a Álex Rovira, como una persona que ha tenido una importancia fundamental en mi decisión de poner sobre el papel mis impresiones sobre lo profundo. En el blog que puso a diposición de sus lectores, a raíz de la publicación de sus primeros libros, La buena suerte y La brújula interior, nos encontramos un nutrido grupo de personas que nos preguntábamos por el sentido de la vida y que, a través de sus trascendentales, pero sencillas reflexiones, fuimos acercándonos a las respuestas. La semana pasada, Álex fue entrevistado por Buenafuente, en su programa de la Sexta, para hablar sobre el contenido de su nuevo libro, La buena vida. Aquí os dejo la entrevista (haced "click" sobre la palabra "entrevista"), repleta de frases para analizar y, sobre todo, llevar a la práctica en nuestra vida.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La pérdida de mí


“Es la inferioridad lo que crea la ambición, porque tu ambición es simplemente un esfuerzo por demostrar tu superioridad”.

(OSHO)

Desmenuzando esta frase…

Me siento inferior y aspiro a ser “alguien” (ego).
La ausencia de mí me invita a llenar mi vacío con un vacío mayor (ego).
Creo que así seré superior (ego).
Pero sólo consigo incrementar mi complejo de inferioridad (ego), disfrazado de falso sentimiento de superioridad (ego).

martes, 23 de septiembre de 2008

La impaciencia es una falta de respeto

Uno de los aspectos que más he tenido que trabajar en mi proceso de cambio es la impaciencia, porque solía vivir en el tiempo psicológico (nunca he sido mucho de mirár hacia atrás, pero sí de habitar en el futuro).Cuando estás es esa dinámica en la que sientes que el tiempo te está empujando o pisando incesantemente los talones, cuando vives intranquilo por algo que esperas o deseas, y que debes coger al vuelo, estás contribuyendo a la idea de escasez que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra vida, impulsada desde fuera, frente a la de prosperidad o abundancia con la que nacimos. Nos estamos faltando el respeto, además, porque esta actitud, trasladada a cualquier aspecto cotidiano, constituye un verdadero machaque. Aún vuelvo al viejo patrón, en algunas ocasiones, y entonces me doy cuenta (importantísimo esto de darse cuenta) de que el estrés me saluda, para ver si le doy cancha
No hay nada más que hacer que lo que estamos haciendo, porque no hay más tiempo que aquel en el que nos encontramos mientras realizamos la acción, desarrollamos un pensamiento o planificamos un objetivo. Todo ello tiene lugar en el ahora. Nada más. Incluso el hecho de no hacer nada (que es hacer algo :-) es también una decisión que se toma y se “ejecuta” en el presente. La impaciencia y las prisas son autosabotajes para nuestro crecimiento y denotan ausencia de presencia consciente.
“No me importa que la gente mire sus relojes cuando estoy hablando, pero es excesivo que además los sacudan para asegurarse de que andan”. :-)
Norman Birkett

viernes, 19 de septiembre de 2008

El arte de no enfermar


Teresa, una amable lectora de este blog, me ha enviado, desde Guatemala, una preciosa presentación, del Doctor Drauzio Varella, cuyos textos hacen referencia a la evidente relación mente-cuerpo y la influencia de esta interrelación en la salud. He rescatado parte de las reflexiones que incluye, y he elaborando un "popurrí", tomando de aquí y de allá (discúlpeme el autor la licencia). Deseo que, como a mí, os sirva de ayuda:

“Si no quiere enfermar…

-Hable de sus sentimientos. Sentimientos y emociones escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como gastritis, úlcera, dolores lumbares… Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer.

- Tome decisiones. La persona indecisa permanece en duda, en ansiedad… La indecisión acumula problemas. Las personas indecisas son víctimas de enfermedades nerviosas, gástricas, problemas en la piel…

-Busque soluciones. Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan sus problemas. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

-No viva de apariencias. Quien hace poses, quiere parecer siempre perfecto… acumula peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

-Acéptese. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no lo hacen son celosos, competitivos, destructivos. Aceptarse es sabiduría y terapia”.

martes, 16 de septiembre de 2008

Las señales



En este texto que reproduzco, del libro Sonrisas de Bombay, Jaume Sanllorente nos muestra su señal para emprender el vuelo de su vida hacia la entrega a los intocables de Bombay



“En el vuelo, justo a mi lado, una monja india ponía orden en las arrugas de su hábito mientras se acomodaba en su asiento. Después de observarme durante un buen rato, me preguntó si era hermano de alguna orden religiosa.
-¿Hermano yo?
Miré de reojo mi propia imagen proyectada en la ventana del avión y empecé a estudiarla con la intención de averiguar qué es lo que le había hecho pensar a aquella buena mujer que yo pertenecía a algún tipo de congregación.
El viaje no fue fácil. Decenas, cientos, miles de pensamientos pasaban por mi cabeza, mientras observaba el cielo oscuro a través de la ventanilla. De vez en cuando me giraba hacia el otro lado y veía la cara bondadosa de aquella monja, con su sonrisa, no sé por qué, me reconfortaba enormemente. Como si de alguna manera el destino, a través de la expresión de aquella buena mujer, me dijera que no me equivocaba”.

Os pregunto ¿creéis en las señales que nos envía el universo?

“El lenguaje de la belleza, es la caricia que viene del corazón del mundo y que va directa a nuestro corazón”, culmina Jaume su relato, mediante esta frase de Tagore.

domingo, 14 de septiembre de 2008

¿Son los psicópatas responsables de su comportamiento?

Eduardo Punset, en su brillante libro, El alma está en el cerebro, dedica un capítulo a “La mente del psicópata”. Me pareció tan interesante la información que aportaba que hice, en su día, un resumen para incluirlo en uno de los libros que estoy escribiendo.
“Todo apunta a que esa falta de emociones provenga de una característica diferencial en el sistema nervioso: una falta de conexión entre el sistema límbico, la amígdala y la corteza prefrontal”, indica Punset en su exposición que os he resumido a continuación. En tal caso, me pregunto: ¿su problema tiene una explicación externa, que les hace comportarse cruelmente? O, como dice Punset en el mismo texto, “No todo el mundo es inherentemente bueno”. Ayudadme a despejar esa duda. Aquí aporto dicho resumen:
"Entre otros rasgos de un psicópata, señala Punset su ausencia de empatía emocional y su carencia de remordimientos. Establece una diferencia entre los psicópatas criminales o delincuentes y los que no lo son. Basándose en las investigaciones del Psicólogo Robert Hare, Punset comenta que un psicópata puede entrar en tu cerebro e intentar imaginar qué piensas; sin embargo, jamás podrá comprender cómo te sientes. Es como intentar explicarle los colores a un daltónico.
Parece ser que un psicópata puede llegar a relacionarse social e intelectualmente, pero ven y tratan a las personas como objetos.
Se consideran no como enfermos mentales, sino personas con un trastorno de la personalidad. Frente a una persona afectada por ansiedad o por depresión, cuyas emociones estás amplificadas, el psicópata se caracteriza por una falta de control de las suyas. En realidad, parece que no pudiera sentir o manejar sus propias emociones, incluidas las de culpa o remordimiento.
Pero la psicopatía no conduce necesariamente al asesinato. La inmensa mayoría de los psicópatas se manifiestan mediante el desarrollo de la manipulación y el engaño con las personas que les rodean. Sus trayectorias vitales dejan un rastro de personas atormentadas, perseguidas, violadas o traumatizadas.
Todo apunta a que esa falta de emociones provenga de una característica diferencial en el sistema nervioso: una falta de conexión entre el sistema límbico, la amígdala y la corteza prefrontal.
¿Es posible una terapia? Hare no cree efectivos en ellos programas de rehabilitación, dado que los resultados serían contrarios a lo que se espera, porque saben engañar muy bien. Cree que hay que incidir en el comportamiento, difícil, pero posible para reducir la propensión a la violencia (hasta hoy sólo se les ha encerrado).
No todo el mundo es inherentemente bueno, dice Punset, difícil de aceptar, aunque tampoco es que ellos sean inherentemente malos, sino que unas personas son más difíciles de socializar que otras, y los psicópatas son los más difíciles.
Uno de los problemas para tratares es que son difíciles de identificar, pudiéndose hallar en los equipos de gestión de una empresa, en los comercios o en la propia familia. Inteligente y malvado: el ser más peligroso, dice uno de los apartados de este capítulo”.
Nota: os recomiendo visitar el blog de Punset, que tengo enlazado en este blog, así como ver los programas REDES, que tiene alojados en su página.