Hace unos días, de viaje en tren, observaba a cada persona
haciéndose cargo de su maleta. La ponía en un sitio seguro durante el trayecto;
al finalizar el recorrido, la cogía con cuidado del guardaequipajes y la
sujetaba junto a sí, ya en espera de que el tren parara.
En este último tramo, se preocupaba de que no se deslizara
con los vaivenes de la máquina, de modo que no fuera a lastimar a los otros
viajeros.
¡Qué clara metáfora de la vida, pensé!
Cada persona se hace cargo de su vida, se responsabiliza de
ella, la cuida y la protege, y procura no dañar la de los demás.
Lo malo es cuando alguien lleva un maletón, haciéndose
responsable de equipajes que no le corresponden.
Moraleja: maletín, en lugar de maletón.
A cada cual, lo suyo 😉