Foto de Belén Gómez-Landero
viernes, 30 de enero de 2009
jueves, 29 de enero de 2009
El Dios interior
Sin embargo, hablar de Dios no conduce al conflicto, sino a la paz, porque está en relación con lo esencial, con lo puro. Y como me cuesta expresarlo con mis propias palabras, porque no he alcanzado tan alto nivel de sabiduría, al tiempo que me asolan las dudas de lo que no se llega a entender mediante razonamientos, prefiero callar y dejaros este texto inspirador, extraído de una entrada del blog Plano creativo (clicad sobre “Plano creativo”).
Avanzo un párrafo de esa entrada en el que Alejandro Jodorowsky aporta un mensaje que me parece muy profundo y calrificador:
“Es muy posible que Dios sea un reflejo de nuestro nivel de consciencia. Si tengo una consciencia infantil, le estaré siempre pidiendo a Dios, ya que la esencia de los niños es pedir. En cambio si mi consciencia es planetaria, cuando utilizo esa palabra será para dar…”.
Y creo que... al nivel de consciencia planetaria, elevado, sólo se llega por un camino: la bondad, o lo que es lo mismo, la fusión con Dios.
martes, 27 de enero de 2009
¿ERES UNO MÁS?
Abraham Lincoln
“Un día te darás cuenta de que has dejado de ser uno más”, dice la publicidad de un vehículo.
Ese día, en el que te mece suavemente la dulzura de la esperanza, sin esperar... conoces y aceptas a quienes aún no se atreven a dejar de ser uno más.
Y ya no temes las sombras ni te deslumbran las luces, porque ambas están en ellos, y en ti:
. La raíz del miedo, el pensamiento generador de sufrimiento, la resistencia, la comparación, la reacción...
. Los buenos sentimientos, la calidad humana, la calidez, la compasión, la solidaridad, la comprensión, el amor…
Tan distintos como parecemos y tan parecidos como somos...
domingo, 25 de enero de 2009
De la atención al bienestar
viernes, 23 de enero de 2009
Profundas relaciones
jueves, 22 de enero de 2009
Vida y muerte ¿no es lo mismo?
Si la muerte no me sorprende repentinamente, y soy capaz de contemplar con objetividad mi tránsito por aquí, podría dejar escrito uno u otro de estos mensajes:
- Gocé de la vida y aún estoy viva.
- Me marcho con mi gran pena de no haber valorado mi presente, porque siempre estuve donde ahora estoy.
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Nota: Algunos (pocos) de los textos que voy colocando aquí forman parte del libro que tengo entre manos. Éste es uno de ellos. La foto es de mi querida amiga Belén Gómez-Landero.
martes, 20 de enero de 2009
La música, puente entre generaciones
Me estremecí cuando, después de tantos años de estudia, busca trabajo, trabaja, cásate, cría hijos (hijo, en mi caso), búscate (¡Ay que ver la de cosas que hice perdida!:-)) y, creo... encuéntrate... volví a peinar las cuerdas de mi querida guitarra.
Aprendí de mi hermano; me fijaba en la posición de sus dedos sobre el mástil, y me pegaba a él cuando entonaba Yesterday o Do you remember. Mi hermana era la solista de un coro, y los tres cantábamos, a veces a tres voces, en esas noches cálidas del verano (las menos, en un pueblo de la sierra), mientras los vecinos nos rodeaban, al más puro estilo “Cuéntame” :-). Tuvimos siempre inclinación por el arte escénico, y creo que alguna frustración por no haberlo explotado más nos queda. No era nada extraño que, al son de nuestras canciones, mis padres se marcaran un baile. Mi padre flotaba y mi madre se dejaba llevar por él como nadie. Tras la música, continuaba el show con imitaciones, chistes y... a dormir, que se hace tarde.
Me entusiasmó que mi hijo me comunicara que quería asistir a clases para aprender a tocar el bajo, y que iba a formar un grupo musical, porque creo que la música es la mejor de las meditaciones para los adolescentes. No saben muy bien hacia dónde encaminarse y, a través de las notas, su mente encuentra el sosiego que les restan las oscilaciones hormonales. Pero creo que me conmovió aún más darme cuenta de que, gracias a él, volvía a dejar caer mis dedos en cascada sobre las cuerdas de un instrumento que me esperó, paciente, en un rincón del trastero, durante tantos años...
¿Era mi guitarra la que esperaba o era yo, que me escondía de ella?
lunes, 19 de enero de 2009
viernes, 16 de enero de 2009
Usted puede sanar su vida
martes, 13 de enero de 2009
¿Qué hacer cuando no te motiva ir a trabajar?
¿Es difícil para ti encarar el día sabiendo que vas a pasar ocho horas de pesadilla? Pues, si es así, permíteme que me extienda un poco, porque el asunto me apasiona.
Todos tenemos días de “hoy no tengo fuerzas pa’subirme al mundo”, que diría Rosana, pero no me refiero a esos bajones que experimentamos por circunstancias específicas (cansancio, desánimo puntual…). Hablo de ese día a día en el que no soportas que suene el despertador, porque sabes que lo que te espera no es de tu agrado.
Si eso es lo que sientes, puede deberse a varios motivos:
Que el problema esté en ti
Eso puede tener una fácil solución, siempre que estés dispuesto a reconocerlo y acometer un cambio de actitud, pero puede ser difícil o imposible resolverlo, si evitas tu responsabilidad en ello.
Que el problema sea externo
Entonces, puede que debas tomar la decisión de buscar un empleo que te llene, y no con el que rellenes malamente tu tiempo. Finalmente, la solución y la responsabilidad están también en ti. El victimismo ya está pasado de moda.
Eso sí, si la situación es grave, y estás sometido a maltrato laboral y personal en este entorno, toma medidas inmediatamente. Hoy día hay mucha información al respecto (para algunos la hubiéramos querido hace años). Nadie puede hacerte sentir mal por cumplir con tu obligación, por ser eficiente y, normalmente, por ser noble, tres de las cualidades personales que no soportan las personas inseguras que transforman su debilidad de espíritu en crueldad a través del acoso. Pueden tener cargos de responsabilidad en la empresa, pero pueden formar parte también de la corte de aduladores del “poder”. Este tema requiere un tratamiento más profundo. Algún día escribiré sobre ello.
Volviendo a la procedencia de la falta de motivación para ir al trabajo, si estás mal emocionalmente, haz lo posible por encontrarte. Esta palabra, "encontrarte", está algo gastada, pero es que no hay otra mejor. No busques la motivación fuera, siente tu propia presencia, lo más valioso que tienes, tu poder. Lábrate tu propia autoestima, empéñate en ello, porque es la causa de tu felicidad. Si estás mal contigo, dará igual que huyas de un lugar a otro, porque allá donde vayas te enfrentarás nuevamente con tu vacío, y todo lo que veas a tu alrededor te parecerá desolador: hallarás fuera lo que sientes dentro. Por ello, quizá atraigas lugares sombríos, aunque reniegues de ellos.
Por el contrario, si te sientes bien en tu piel, podrá darse la circunstancia de que lo que haya a tu alrededor no sea lo que esperas, pero habrá, en medio del laberinto, salidas por las que transitar, creándote tu propios oasis. No puedes pretender que todos sean como quisieras, ni resistirte a lo que tienes delante; no puedes cambiar a tus jefes, a tus compañeros ni muchas de las actividades que debes abordar, pero, si la situación no es insostenible, y te resulta mejor conservar tu puesto que dejarlo, busca el lado bueno:
- Seguro que muchas de las labores que emprendes te evaden de tus preocupaciones personales y, en el fondo, liberan tu mente de pensamientos tóxicos.
- Conoces a muchas personas, entablas relaciones que, de otro modo, sería difícil consolidar.
-Tienes posibilidad de aprender permanentemente; no es necesario que el aprendizaje sea impuesto desde fuera. Seguro que eres capaz de absorber datos relevantes para ti en muchas circunstancias y hacerlo por ti mismo.
- Tienes momentos de serenidad, que valoras, entre otros de estrés.
- Puedes tener iniciativas que, unas veces serán acogidas y otras no; en alguna ocasión te atribuirán el mérito y en otras no, pero, en cualquier caso… nadie puede arrebatarte la satisfacción del trabajo bien hecho y de la creatividad que hayas puesto en la idea.
¿Te fijas? Todos estos momentos estimulantes te los proporcionas tú.
Nadie más
Y recuerda… Todo el mundo tiene dentro un diamante, unos más a la vista que otros, pero diamante al fin. Aunque te cueste reconocerlo, todos somos, esencialmente, iguales, incluso el acosador, pero éste aún no lo sabe.
Cuando observes al típico “pelota” que mendiga la aprobación del jefe, a costa de todo; cuando identifiques al sumiso que agrada permanentemente a quien le paga, por si le echa; cuando te codees con el egocéntrico que se apunta todos los tantos… recuerda que todo eso lo hacen porque no han encontrado su espacio, su lugar en el mundo, y quieren que alguien se lo dé o se lo indique, aunque sea con esas malas artes. Todos hemos estado y estamos, de vez en cuando, perdidos… por eso identificamos sus conductas.
Y algo más, el trabajo es muy importante, pero no lo es todo. Si no te sientes completamente realizado en él, siempre puedes emprender otras actividades de ocio o de otra índole, que permitan mostrar tus dones en su máxima expresión.
Ya lo dijo Antonio Gala:
“Ya que no podemos hacer la vida más larga, hagámosla más ancha”.
domingo, 11 de enero de 2009
viernes, 9 de enero de 2009
EDUARDO ROSELLÓ
martes, 6 de enero de 2009
LA LEY DE PERMITIR
“Pero existe una forma mucho más sencilla de acceder a la Creación Deliberada de tu propia experiencia y de realizar tu propósito para esta vida gozosa: la comprensión y la aplicación del arte de PERMITIR. Se trata de guiar consciente y amablemente tus pensamientos en la dirección de las cosas que deseas. Cuando empiezas a entender este poderoso Río de la Vida que te estamos explicando, y logras vislumbrar parte de la totalidad de quien-eres-realmente, y lo más importante, cuando estás convencido de que tu verdadera función simplemente es volver a sintonizar con quien-eres-realmente, el arte de Permitir se convierte en algo natural para ti”.
(Del libro El increíble poder de las emociones, de Esther y Jerry Hicks. Ediciones Urano, 2008).
sábado, 3 de enero de 2009
Mi contrato para el 2009
Ambos me han recordado que debo escribir mi carta de los deseos para el 2009. Lo vengo haciendo desde hace unos años. Conservo cada una de las cartas, que son una relación de los objetivos que pretendía ir alcanzando, un contrato firmado conmigo misma hacia mis sueños, tanto en el plano espiritual como material. Representan la idea de que mi vida es, hoy día, como quiero que sea.
Al finalizar cada año, me sorprendo al leer el manuscrito porque compruebo que la mayoría de los deseos se han ido cumpliendo. Y los que no he logrado aún es porque me demandan mayor maduración y aprendizaje por mi parte. Siguen apareciendo señales que me indican por qué.
Os recomiendo este ejercicio mágico, que debe ser complementado con vuestro esfuerzo, un “esfuerzo” que deja de serlo cuando estáis empeñados en algo que os eleva:
"El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia."