martes, 7 de octubre de 2008

Y la luz... se hizo



“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”.

Víctor Hugo

El amanecer de hoy ha sido espectacular. De camino al trabajo, iba dejando tras de mí un cielo indescriptible, que me voy a atrever a describir :-):

Bolitas superpuestas de algodón, tocadas por el gris de las sombras aún nocturnas, se iban elevando para dar paso a una intensa luz brillante que se manifestaba progresiva y dulcemente sobre la montaña de Gredos. Casi peligra mi integridad porque no podía apartar la vista, por los espejos retrovisores, de semejante espectáculo visual. La luminosidad inicial formaba una franja bien delimitada, como trazada deliberadamente por las nubes y la tierra, que animaba a retirarse, de forma pacífica, al rizado “tejido” gris azulado.

Mientras contemplaba este delirio de belleza, me preguntaba cuántos amaneceres me había perdido todos aquellos años en los que me sentía separada de la naturaleza... y atada a la confusión.

En el trayecto, intentaba captar la expresión de los que venían conduciendo por el carril contrario (de nuevo, imprudente :-), que se encontraban de cara con esta maravilla en la que todo posee un significado, y trataba de adivinar de una ojeada, y sin resultado, en qué etapa de sus vidas se encontrarían...