martes, 31 de diciembre de 2013

2014



Me he levantado temprano y me he dirigido al cuarto en el que guardo un pequeño cofre, que contiene la lista de mis propósitos para el 2013. Lo escribí y atesoré, como venía haciendo algunos años atrás, el último día del año 2012. Me considero satisfecha con el resultado, pero he tomado una decisión: no voy a introducir más notas en mi cofre; no quiero vivir basándome en expectativas, sino caminar día a día fluyendo con la vida. Y, en el camino, continuar desarrollando mis proyectos con ilusión, tratar de comportarme del modo más digno posible conmigo y con mis semejantes, ser transparente y honesta y, sobre todo, y porque todo lo anterior recoge, amarme y amar incondicionalmente. Mi cofre quedará vacío, pero quiero que mi corazón de luz esté pleno.