sábado, 23 de noviembre de 2013

Letras, al amanecer




Es sábado. Acabo de despertarme. No suelo hacerlo a la misma hora que los días en los que suena el despertador, pero hoy ha sido así. Y me gusta. Me gusta amanecer descansada y disponerme a escribir en absoluto silencio, con el único sonido de las teclas del ordenador y el latido de mi corazón. 

En unos instantes, cuando cierre esta ventana de luz, estaré ante uno de esos poemas que me guardan el secreto de su contenido; y yo, como signo de agradecimiento, le dedicaré toda mi sensibilidad para que, en algún momento, alguien, al tenerlo ante sí dentro de un libro, conecte con los latidos de mi corazón y descubra el misterio de las palabras.