lunes, 30 de mayo de 2011

Planea un cambio sobre las escuelas


“Planea un cambio revolucionario sobre las escuelas. Profesores y expertos en educación de todo el mundo se han dado cuenta de la importancia del aprendizaje emocional para crear personas, no sólo más exitosas, sino más felices y solidarias”.

Así comienza la entrevista a Richard Cerver (asesor y experto en la importancia de la búsqueda de talentos personales) en la revista Redes para la Ciencia nº 15. Éstas son algunas de las reflexiones extraídas de esta entrevista:

“El sistema tradicional está diseñado para asegurar que los niños estén preparados para afrontar cambios predecibles y estáticos. Por ejemplo, les decimos que hay que buscar un trabajo seguro para toda la vida. Pero ese mundo ya no existe. Así que tenemos que prepararlos para algo muy distinto. No conocemos el punto final de su educación, no sabemos qué trabajos van a conseguir ni de qué tipo serán. Así que, en vez de en el destino, la educación se ha de centrar en el viaje”.

“Nuestro sistema actual asume que todos los niños deben ser tratados igual, deben alcanzar los mismos niveles de aprendizaje al mismo tiempo… Parece algo natural y bueno. Pero, en realidad, no es así (…). La educación actual está construida sobre un modelo industrial que asume que la producción en cadena originará unidades idénticas… pero en realidad, cada persona evoluciona de forma distinta y a velocidad distinta”.

“Nuestro sistema educativo tradicional funciona como un casino”. Explica que los alumnos con la autoestima alta arriesgarán y ganarán, pero los que tienen la autoestima baja no se pueden permitir el lujo de apostar, porque tienen pocas fichas y si pierden se quedan absolutamente sin nada.

Advierte de la importancia de no obligar a los chicos a intentar reiteradamente con ahínco algo que no les sale bien, porque terminan tensos, y un niño tenso es infeliz, y un niño infeliz nunca podrá desarrollar su potencial. Debemos permitir que sean creativos; siempre les aconsejamos o mandamos sobre lo que deben pensar, saber y hacer: “Pasamos demasiado tiempo diciéndoles a nuestros hijos que equivocarse esta mal. Y estas cosas van entrando en sus mentes y cerrando barreras que inhiben sus procesos creativos. Al tener menos creatividad también aprenden menos”.

En la enseñanza tradicional nos quedamos sólo en lo superficial: “Acabamos aprendiendo sólo para pasar un examen o conseguir un título, y tan pronto como lo hemos conseguido, no recordamos nada de lo estudiado. Sin embargo, si estamos motivados, si nos sumergimos en el aprendizaje de algo porque nos gusta, entonces experimentamos mucho más, interiorizamos lo aprendido”.

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