Tan sencillo es leer entre líneas,
tan fácil si prestas atención,
ávido de aprendizaje,
deseoso de nada,
amante de todo.
Sin que pensar sea lo principal,
y sentir y amar, lo esencial.
Cuando pedir no necesites,
reprochar sobre, sufrir baste.
El rostro alegre, la mente despierta,
las manos abiertas,
el alma y el corazón francos,
dispuestos a descifrar los mensajes,
escritos por ti en los surcos del camino.