sábado, 31 de mayo de 2008

¿Sabes perdonar y alejarte?

La mayoría de las personas tenemos o hemos tenido conflictos en nuestras relaciones, ya sea de carácter familiar, laboral o social. Si una de esas relaciones se tornan insostenibles, puede deberse a varios motivos, pero el más probable es uno en el que no se suele reparar: estamos en diferente nivel emocional, en el mismo espacio físico, pero en distinto campo energético. En tal caso, hay que practicar la asertividad; es decir, actuar de forma coherente con tus deseos, y, al tiempo, la empatía, poniéndote en el lugar de quien no conecta contigo, asimilando que resulta difícil el entendimiento porque las experiencias vitales de ambos nos han llevado a concebir la vida de una manera muy distinta.

Si comprendemos esta circunstancia nos resultará más fácil perdonar a quien antes nos atormentaba, pero, al tiempo, tendremos la capacidad de alejarnos de él o de ella, sin sentimiento de culpa, hasta el momento en el que esa relación pueda recuperarse, si llega a darse el caso.

No estás obligado a entenderte con quien no puedes hacerlo, incluso aunque tengas que codearte con esa persona, en el día a día. Es contraproducente para los dos. Perdonar no implica seguir ligado a quien liberas de ti. Lo fundamental es olvidar de raíz el daño que te ha hecho (o crees que te ha hecho…), porque, aunque sólo sea por higiene mental, sueltas un resentimiento que te encadena a quien menos deseas estar amarrado.
Se perdona y, después, se deja ir.

Desde esta perspectiva, cada vez será más común encontrarte con relaciones satisfactorias, porque habrás eliminado el sentimiento de frustración que produce esperar lo imposible, y porque, al comprender, tendrás mayor capacidad para amar.

lunes, 26 de mayo de 2008

Mi libro, Palabras para el Bienestar, de Ediciones Obelisco


Palabras para el Bienestar es el relato de un recorrido hacia el equilibrio, a través de las palabras y de la propia vida. En él reflejo las sensaciones y los sentimientos más profundos sobre el encuentro con uno mismo, partiendo de mi propia transformación. Describo un camino hacia la armonía interior para salir de ese estado inerte de pseudofelicidad teñida de desasosiego, sembrada de días felices de alegría sin razón y de días sombríos de tristeza sin significado. En tal caso, creo que sólo hay una dirección, que conduce al aprendizaje y al amor: el viaje hacia el interior de ti mismo. Un trayecto que cuesta emprender, y para el que no se reserva pasaje, pero que, una vez iniciado, complace y compensa mucho más de lo que jamás se hubiera imaginado.
Es un libro que comienza como termina, porque el conocerse nunca acaba. Las emociones que se han ido agolpando en mí durante la búsqueda de mi propio ser me han animado a escribir sobre ello. Palabras para el bienestar ha sido un aliado para continuar mi recorrido y confío en que lo sea también para ti, si mis reflexiones pueden ayudarte.

"El descubrimiento de esa nueva manera de abordar la existencia, que te conducirá a la plenitud, no se produce de la noche a la mañana. Requiere un aprendizaje continuo, que describo en las siguientes fases:

1. Sorpresa I: nada o muy poco de lo que veía es como es.
2. Euforia: esto es la panacea. Tengo la llave de la felicidad.
3. Calma I: comprendo que debo trabajar mi interior. Me observo.
4. Calma II: comprendo que debo observar a los demás. Observar, no juzgar.
5. Diversión: soy un espectador de mí mismo y de mis relaciones con los demás.
6. Tranquilidad: aprendo a dominar las situaciones. Me autocontrolo.
7. Sorpresa II: sé mucho menos de lo que pensaba. Aprendo segundo a segundo.
8. Búsqueda profunda y sosegada: acepto la realidad. He aprendido a no rebelarme ante el dolor. Advierto que aún me queda mucho por aprender. Tengo toda la vida para aprender. Descubro que, como dijo Gregorio de Nisa, lo mejor de la búsqueda es la búsqueda en sí misma.
Estoy adiestrándome para ser feliz. Es un destino al que estoy llegando mientras recorro el propio camino".
(Texto entrecomillado, extraído del capítulo 1. ¿Eres feliz?)