Esos maestros que aparecen, una y otra vez, en forma de familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo... son "controladores de calidad" de tu conciencia.
Lo que has de aprender se manifiesta, reiteradamente, ante ti. Cuando eres consciente de que son enseñanzas y aceptas que eres tú quien debe adquirirlas y no ellos, tu vida va armonizándose. Entonces, ellos no serán enemigos, sino maestros, e identificarás en cada conflicto de relación la lección que precisas asimilar.
Cuando te descubres no reaccionando con alguien, ante lo que siempre te irritaba en otras personas, ya puedes ser calificado con buena nota :-) y dejas de sufrir. El resentimiento, la soberbia, la ira y el rencor han perdido toda fuerza, porque ya has comprendido o, lo que es lo mismo, has amado.