Todo sigue funcionando sin ti.
No has venido para salvar a nadie,
sino para llenarte de amor y emitirlo,
a manos llenas y a voz en grito
o en silencio absoluto y con renuncia total.
Todo fluye cuando de amor te colmas,
todo mana, de manera natural,
ya sea en voz alta o en sigilo,
ya a manos llenas, ya con la nada en ellas.