jueves, 9 de mayo de 2013

Metáfora


Un atasco en las tuberías, con su correspondiente desatasco, una retirada de arizónicas del jardín, con su correspondiente movimiento de tierras...
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(Un inciso: "Movimiento de tierras", era una de las partidas que escribía con aquélla máquina tan sonora en los presupuestos que me dictaba mi padre. Me pillaba al vuelo, en plena calle, en pleno verano, cuando más a gusto estaba con mis amigas, y me decía:
 "Vamos hija, que no tardamos nada". Yo iba a regañadientes, y, en el camino, me iba regalando el oído con que era la más rápida de los tres hermanos para esto.
 "¿No tardamos nada, papá? Vamos para dos horas, y hay que empezar de nuevo, cuando ya llevábamos 10 partidas...
"Lo siento, hija. Es que no me acordaba de a cómo estaba el metro cuadrado de ladrillo hueco-sencillo" :-).

Allá dónde estés, papá, seguro que en buen lugar, comprende que con 15 años no se puede ser del todo dócil, pero siempre te agradecí que confiaras tanto en mí ;-) .
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Nada pasa porque sí: ese atasco, ese movimiento de tierras... Son metáforas de cambios necesarios en nuestras vidas, de cosas que tenían que ponerse sobre la mesa, para ir desmenuzándolas primero, limpiándolas después, sacudiéndolas con brío para que se airearan y recibiéndolas reposadamente, como si fueran nuevas.

¡Y qué bonita es la vida cuando a todo le encuentras un significado, cuando de cualquier cosa quieres aprender, cuando te preguntas por qué y descubres que la respuesta ya se te había ofrecido, antes de que tu mente la hubiera procesado!