Tantas palabras contenidas en el corazón, tantas emociones esperando ser expresadas sin miedo, tanta vida encerrada en la vida por vivir de tantas personas con tanto amor por ofrecer y recibir.
Y siempre me queda la ilusión de la palabra más bella aún no escrita, de la frase más sentida aún no redactada, de la fuerza de los símbolos del abecedario comunicando el dictado de las emociones, el latido del corazón, el mandato de la mente. Lo que soy, lo que eres, lo que somos.