"D.V.: Siéntate
(para) y siéntete.
M.A.: Y
cuando alguien se para, se sienta y se mira ¿de qué se da cuenta?
D.V.: De
muchas cosas. Empieza
a entrar en contacto con su mundo interno, con su propia sensibilidad, con sus
necesidades, con sus contradicciones, con sus pensamientos confusos. Al
principio es difícil; es como entrar en un jardín que ha sido abandonado
durante muchos años. Las malas hierbas crecen por doquier y las flores están
marchitas. Pero ahí está el potencial, en el jardín. Y a medida que uno lo va
visitando y lo va cuidando... vuelve a florecer".
(Entrevista de Mariano Alameda a Dohushô Villalba, en el Centro Nagual)