No es pereza la palabra, tampoco desidia ni cansancio; lo que estoy experimentando últimamente es una necesidad total de estar en mí, aún en medio del bullicio del que también participo. Es como si la vida nos fuera dirigiendo a nuestra sabiduría esencial, mientras nos muestra lecciones, sin culpa, que nos conducen a ese espacio en calma, que sólo a cada uno le corresponde habitar, aunque de todos es.