Cuando ya no quieres impresionar.
Cuando ya no buscas reconocimiento.
Cuando no demandas, no anhelas....
¿Con qué te encuentras?
Contigo, desnuda de miedos.
Y, aunque la desnudez tan sólo unos segundos dure,
ya sabes que es posible caminar ligera de vestiduras,
liviana de cargas, sintiendo la sutileza
que a la paz de no esperar casi nada te lleva.