lunes, 6 de agosto de 2012

Los optimistas son pesimistas que se "torean" la vida



Los pesimistas creen que los optimistas lo tienen siempre fácil, pero, en realidad, los optimistas se esfuerzan por transformar lo difícil en fácil.

Los optimistas a veces caen en la trampa de justificar su optimismo ante las opiniones derrotistas de los pesimistas, hasta que un buen día descubren que no les reporta nada, salvo más descalificaciones, sutiles cuando hay "educación" y despiadadas cuando no se disimula la impotencia de tener ante ti a alguien que disfruta de la vida.

Para los pesimistas, los optimistas son "gente con suerte", idealistas o fantásticos que no ven la realidad tal y como es. Normalmente, dichos pesimistas se hacen llamar realistas :-), y se elevan sobre los "pobres" optimistas, cuyo "pecado" principal consiste en ser responsables de su vida y no culpar a nadie de sus circunstancias, sean buenas o malas.

Pero lo que no saben los pesimistas es que bajo su armadura de frustración e "incapacidad" se esconde un optimista que tiene miedo de encontrarse consigo mismo y, por tanto, en lugar de salir al ruedo, se esconde tras la barrera, viendo -en el mejor de los casos- o juzgando -en el peor- cómo el valiente optimista, que está hecho de su misma pasta, coge al toro por los cuernos.
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(No es que sea yo conocedora ni amante del mundo taurino, pero me ha surgido la metáfora por sí sola... y aquí está :-). Ahora, quedo a la espera, con el optimismo que me caracteriza, de algún que otro ¡Ooooléeeee!, por parte de sus señorías :-)))