lunes, 7 de febrero de 2011

¿Qué sucede cuando te respetas?


Que todo se desarrolla del mejor modo; que te sientes dueño de ti y persigues tus metas.
Que no consientes que te marquen un camino por el que no quieres transitar, que se acabaron las culpas y los reproches, porque cuando los ves venir ya te has marchado.
Que fijas distancias, pero no rechazas, que comprendes, amas y te amas, y por ello no sobrepasas el límite en el que te harías daño, del mismo modo que no se lo harías a otros.
Que distingues el ser del parecer y eliges conscientemente el primer y esencial verbo.
Que acoges con placer los regalos que la dignidad te va trayendo cada día, y los abres y compartes con quien también se respeta y sabe de esa sensación de bienestar que procede del amor a uno mismo, nada diferente del amor a los demás.