
Los pensamientos no son más que pensamientos, pero les otorgamos la categoría de dueños de nosotros. Sin embargo, dejarlos pasar… observarlos, manejarlos es posible y necesario para ese respiro de la mente. La meditación, ya sea en quietud o dinámica, pero siempre consciente, nos purifica y permite que nuevas ideas abran distintas posibilidades a nuestra vida.
Y yo… daré ejemplo, y, aunque ya llevo un tiempecito de vacaciones, os dejo por unos días para hacer lo propio, con mi cuerpo y con mi mente :-)
¡Besos, y hasta pronto!