Dice que quiere sembrar la semilla del amor, y por eso ha comprado un gran número de ejemplares de mi libro La calma está en ti para regalárselos a las personas que quiere.
Es un auténtico caballero: educado, atento, cortés… Omito su nombre porque creo que le produce pudor. Es el tío de una de mis mejores amigas. Cuando leyó mi libro me escribió un delicado texto, que daba cuenta no sólo de los adjetivos con los que acabo de definirle, sino también de su cultura y sabiduría. Me dice que encuentra en mis palabras un modo de expandir conciencia a su alrededor.
Me quedo pequeña ante personas como él, que engrandecen mis textos y me animan a seguir escribiendo, para difundir amor (el que quiero sentir con mayor intensidad, porque uno escribe sobre lo que necesita aprender) y para encontrarme por el camino con damas y caballeros de esta categoría humana.
