“En un momento del espectáculo me rendí a la felicidad del público y así me rendí a la mía propia, reí, solté el control, acepté... Fue revelador”.
"Yo creo que estamos muy enfermos de una santa seriedad, un altar en el que sacrificamos mucha espontaneidad y dulzura. Somos mucho más amorosos de lo que nos mostramos".
"Confundimos amarnos con ser orgullosos,cuando querernos a nosotros mismos es un acto de profunda humildad: ver lo que hay dentro y reconsiderarse".
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(Alain Vigneau, actor, clown y pedagogo, un célebre payaso empeñado en sanar heridas a través del humor. Resume sus vivencias en el libro El arte de reírse de sí mismo (La Llave).
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