Mis palabras nacen de la alegría;
si no escribo, alguna molestia me aqueja.
Atrás dejé ya, hace tiempo, las quejas,
olvidadas en el cofre de mi conciencia;
si no escribo, el alma tengo apenada
o el cuerpo dolorido por algún mal.
Y esa ha sido la causa de mi sequía,
un constipado con tos incluida,
un virus pesado y brutal :-)